Todo
pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo
caminos,
caminos sobre la mar.
Desde
hace catorce años, se celebra en Soria una feria monográfica de
poesía (Expoesía) que es por localización, ambiente y actividades,
la más importante de España. Uno, que tiene ascendientes sorianos,
no puede sino disfrutar (y así lo he hecho desde el principio) estos
días de la maravillosa ciudad del Duero y de sus gentes y pensar que
en Zaragoza hay una gran población de sorianos, siendo tradicional
la hermandad entre las ciudades del Ebro y el Duero. Las huellas de
Gustavo A. Bécquer, Antonio Machado, Gerardo Diego y los recuerdos
se van acumulando y surgen en cada visita acentuando el cariño con
esta ciudad, capital de una provincia en la que, como en tantas de la
España interior, sus pequeños pueblos se despueblan sin remedio.
Aragón
está en Madrid
con
tan feliz hermandad
que
en un abrazo se funden
La
Cibeles y el Pilar.
La Casa de Aragón en
Madrid nació en abril de 1930. Ubicada en la madrileña plaza de la
República Argentina, es un lugar de reunión y encuentro de los
numerosos aragoneses que viven en Madrid y de los que vienen y van a
la capital. Allí siempre son recibidos con los mejores símbolos de
nuestra tierra. La Casa desarrolla numerosas actividades culturales:
tertulias, presentaciones, recitales y también tiene un activo grupo
jotero. Recientemente se han renovado sus órganos directivos y hay
proyectos entusiastas para el futuro que esperamos se realicen con el
éxito que merecen. Todo nuestro apoyo siempre para esta embajada de
Aragón presidida por la cultura y sostenida por el trabajo y el
cariño de los numerosos aragoneses que representan a nuestra
Comunidad en Madrid.
No
estás tan sola sin mí.
Mi soledad te acompaña.
Yo
desterrado, tú ausente.
¿Quién
de los dos tiene patria?
He aquí un ejemplo
magnífico de copla como un micropoema lleno de poesía y belleza. Me
lo hace llegar mi buen amigo, el escritor, poeta y periodista Félix
Maraña, también conocedor y amante de la poesía popular que
practica con maestría y frecuencia. La autoría de la copla es de
Ángel Sánchez Harguindey (Madrid 1945) escritor y periodista muy
vinculado a la actividad cultural y de espectáculos en la capital de
España. El cultivo de la copla, el poema, con dignidad y calidad,
está creciendo de manera importante en los últimos años y, frente
a otras formas foráneas de expresión, reivindicando su posición en
la lírica acompañando felizmente a las soleares, seguidillas y
demás estrofas tan arraigadas en la poesía española.
Nadie
le teme a la fiera
que
la fiera ya murió;
al
revolver una esquina
un
valiente la mató.
Recuerda
este Rincón en el sesenta aniversario de su fallecimiento al gran
cantador que fue José Oto, cuya memoria y obra siguen vivas en todos
los amantes de nuestra jota. Cuentan las crónicas que las
calles rebosaban de miles de personas que acompañaban el féretro.
José Oto, cantador de la jota, hacía su última ronda camino del
cementerio. Era el 19 de abril de 1961. Nacido en la calle de Casta
Álvarez, en 1906, otra calle lo recuerda hoy en en el zaragozano
barrio de La Jota. Fue el más grande cantador de una época en la
que nuestro folklore pisaba escenarios internacionales. Sus
grabaciones son testimonio de su voz, su estilo y su maravillosa
fuerza y sensibilidad para interpretar nuestro canto. Esta fue una
de las coplas que hizo famosa.
Todo
lo que es bueno, maña,
dicen que
cuesta un sentido.
¡Cómo serás
tú de buena
que me has
costado los cinco!
De
actualidad, debido a la reciente tesis que el escritor y periodista
Juan Luis Saldaña le ha dedicado, volvemos a recordar a Fernando
Soteras Gimeno, “Mefisto”, que fue periodista, escritor y
también caricaturista y desde 1916 realizo en HERALDO DE ARAGÓN
reportajes, crónicas y critica taurina. Nació en Zaragoza en 1886 y
murió de accidente en 1934. Como “Mefisto “ firmaba sus “Coplas
del día” -fina e irónica glosa de la actualidad- que le dieron
enorme popularidad en su tiempo. Tiene “Mefisto” calle entre la
Plaza de los Sitios y el Paseo de la Constitución, y busto en la
Plaza de Aragón, obra del escultor José Bueno (Zaragoza
1884-Madrid1957), que lo recuerda a sus paisanos y fue inaugurado un
año después de su muerte, en 1935.
(Heraldo de Aragón, 1,8,15,22,29 agosto 2021)