domingo, 24 de julio de 2022

Rincón de la copla. XXI Aniversario. Agosto 2022

Te quiero porque te quiero

y tú sabes que es verdad;

que en el amor no hay razones

porque el amor es...amar.

 

Son cuatro versos, treinta y dos sílabas: solamente eso: una cuarteta, una copla. Pero esta y parecidas es muy posible que rindan más de un corazón. Y es que, como decía el poeta Gabriel Celaya ya en mil novecientos cincuenta y cinco y cantó el querido Paco Ibañez unos años después, la poesía es un arma cargada de futuro, sí, pero además de futuro, su carga puede ser de esperanza, reivindicación, dolor, y sobre todo amor, que desde tiempos inmemoriales ha sido vehículo de expresión de bellos pensamientos que los amantes se dispensan. Nunca morirá la poesía amorosa, por mucho que algunas “vanguardias” la detesten. Y como necesitamos el tiempo de amar, ahí queda esa razonable sinrazón del amor, que matiza los malos momentos de la vida.



Cómo lucen diez poetas

a las ocho en un `coctel´,

aunque el anfitrión no tenga

ni un libro en el anaquel.

 

José García Nieto (Oviedo en 1914, Madrid 2001) se trasladó a Madrid a los catorce años e inició estudios en Ciencias Exactas que abandonó para dedicarse a la literatura y el periodismo. Fue fundador y director de varias revistas literarias, presidente del Círculo de Bellas Artes, miembro de la Real Academia Española desde 1985 y autor de una amplísima obra poética reconocida con innumerables premios. Pero viene a esta Sección por un curioso documento, una hoja ciclostilada con el título "Coplas perecederas y clandestinas que, para deleite de sus amigos,compuso el autor a la entrada del año 1962". Se trata de alrededor de una veintena de coplas con las que muy probablemente el poeta hizo reir a sus buenos amigos poetas.


Un beso te di de noche

y varios de madrugada

para que no se te olvide

lo que yo te quiero, maña.


Va transcurriendo este mes de agosto con más rapidez de la que quisiéramos. Pasarán las vacaciones, regresará la monotonía del trabajo, llegará el otoño y esperamos y deseamos fervientemente que todo vaya a mejor, pues de algún modo debemos afrontar con esperanza una época que presentimos difícil y agitada. Hoy de nuevo publicamos una copla "de amor" que tiene un aire nostálgico no exento de ternura y que, lógicamente, puede y debe ser recíproca, aunque la rima nos obligue a que sea la "maña" receptora de los cariños. Me ha parecido bella y oportuna y se parece a aquellas jotas antiguas que cantaban en las rondas nocturnas los grupos de buenos joteros en las Fiestas del Pilar de tiempos ya demasiado lejanos y que con tanto cariño recordamos...


 

Muslo gris en seda rosa,

seda malva en muslo gris...

¡Oh, blancura de tu carne

bajo el verde del jardín!


Juan Ramón Jiménez (1881-1958), dejó una ingente obra en versos de arte menor inéditos. Con este título, “Arte Menor”, se publicó (Ed. Linteo) en 2011 un precioso volumen que recoge, con edición crítica, introducción y notas de José Antonio Expósito Hernández, estos poemas, creados en 1909 y que no habían visto la luz. Cinco partes componen el libro, bellamente editado: Cancioncillas, El jardinero sentimental, Quinta cuerda, Música en la sombra y Los rincones plácidos. En ellas y a través de ciento cuarenta y dos poemas se va desgranando la especial sensibilidad y exquisitez del poeta moguereño, Premio Nobel de Literatura en 1956 y que con esos breves versos -que intentó publicar, sin éxito, en su tiempo- construye un delicado monumento a la mejor Poesía.

(Heraldo de Aragón, 7,14,21,28 agosto 2022)


 

martes, 12 de julio de 2022

Rincón de la copla XXI Aniversario. Julio 2022

 

En amor son los suspiros

tímidos brotes del viento,

brisa que alienta pasiones

o nostalgia de recuerdos.


Comienza el mes de julio, aunque el verano este año se adelantó y junio nos ha hecho sufrir los rigores de la canícula. Cosas del cambo climático, que ya parece inevitable. Menos mal que el cierzo zaragozano, que nos acomete sin piedad en invierno, viene ahora a socorrernos y ventila la ciudad adecuadamente. El viento, la brisa, son elementos muy empleados por los poetas, que los asocian en muchas ocasiones con los suspiros que provocan las satisfacciones o los males del amor. No sé si ahora, en estos tiempos acelerados, los suspiros están tan en boga como en pasadas épocas, pero hay que pensar que ciertas figuras poéticas son eternas y así nos lo recuerda esta sencilla copla que hoy les ofrecemos desde el fresquito rincón que nos cobija.



En los clavos de tu puerta

se me queda el corazón;

levántate muy temprano

que no lo marchite el sol.


La poesía popular, el romancero, los diferentes y numerosos cancioneros, tradición viva de nuestra literatura poética, permanecen casi exclusivamente en la memoria de los más mayores, aunque cada vez son más objeto de estudiosos y especialistas investigadores. Hace algún tiempo cayó en mis manos un precioso librito "Estudio sobre el canto popular castellano", de Gonzalo Castrillo Hernández, editado en Palencia en 1922 y reeditado en 2008, en cuidada edición facsímil de Editorial Maxtor de Valladolid. Es un tratado tan breve como deleitoso que contiene y estudia numerosas composiciones de las diversas provincias castellanas, entre ellas numerosas coplas, una de las cuales brindamos aquí para el conocimiento y disfrute de nuestros amigos lectores.



El primer amor que tuve

se me llevó el corazón;

no hay amor como el primero

que se lleva lo mejor.


Hace más de una década, Mercedes Souto Silva y Alberto Turón Lanuza, docentes e investigadores, reeditaron el "Cancionero popular turolense" de Severiano Doporto, escritor, periodista e historiador nacido en Madrid y con vinculación afectiva con Aragón y publicado por vez primera en 1900. Cuidadosa y ampliada con estudios complementarios, esta obra realza y valora la interesante edición original en la que el autor recogió, como su título indica, cantares de muy diversos temas y procedencia recogidos "de boca del pueblo en la ciudad de Teruel". En él se recogen casi mil cuatrocientas coplas además de un vocabulario y un índice clasificatorio "por asuntos, tendencias,formas, orígenes y comarcas". Reedición muy interesante sobre nuesta copla popular. 

 


No corté más que una rosa

en el jardín del amor;

con lo bonita que era

¡qué pronto se marchitó!

Estos versos pertenecen a la "Romanza de Ascensión" de la mítica zarzuela "La del manojo de rosas", con música de Pablo Sorozábal y letra de Anselmo Carreño y Ramos de Castro. Esta obra, una de las cumbres del género lírico español, se estrenó en el Teatro Fuencarral el trece de noviembre de mil novecientos treinta y cuatro con un éxito que ha seguido desde entonces hasta las últimas representaciones en el Teatro de la Zarzuela a finales de dos mil veinte y nada menos que con la soprano zaragozana Ruth Iniesta y el barítono Carlos Álvarez en el primer reparto. Merece la pena escuchar y disfrutar de la música y letra de estas obras por desgracia tan desconocidas hoy para las nuevas generaciones y que son parte fundamental de nuestro patrimonio musical.



Somos destellos de luz

que en un instante se pierden,
pero el amor verdadero
sobre la luz prevalece.


Coplas de amor, coplas llenas de sentimientos que nunca pasan de moda, aunque a diversos poetas de vanguardias varias les parezca que el amor, en poesía, no es sino un resto de romanticismo trasnochado y epígono becqueriano. Pero lo cierto es que siempre que haya dos personas cautivas del amor –o del enamoramiento, que no suele ser lo mismo– habrá poesía y su expresión será desarrollada en cualquiera de las formas que la contienen. Y una de las formas estróficas llenas de belleza es la copla, nuestra genuina expresión poética, inmortal, renovada y revitalizada con las nuevas aportaciones que periódicamente le acarrean los poetas, los coplistas (nunca esta expresión ha sido tan digna y bella) y quienes las leen, las cantan y las publican. 

 

Heraldo de Aragón, 3,10,17,24,31 jul.2022