viernes, 11 de octubre de 2024

FIESTAS DEL PILAR 2024. Coplas diarias.

 

 

FIESTAS DEL PILAR, ZARAGOZA 2024 5 AL 13 DE OCTUBRE

 (Publicadas en Heraldo de Aragón)


5 sabado

Todos me dicen que tienes
otro amor en la ciudad
¿pero quién tendría celos
de la Virgen del Pilar?
........

6 domingo

Junto al Pilar duerme el Ebro
acunado por la jota
y la Virgen en su templo
lo contempla silenciosa.
........

7 lunes

A la Virgen del Pilar
me fui a pedirle una gracia,
y ya me encontré mejor
solamente con mirarla.

...........

8 martes

Al venir a Zaragoza
visita siempre el Pilar:
verás un río constante
de amor, oración y paz.
......

9 miercoles

A la Virgen del Pilar
le cantan miles de coplas,
más de corazón se rezan
las más hermosas de todas.
............

10 jueves
Las flores bordan su manto,
las estrellas, su corona,
y es el alma de Aragón
columna donde se apoya.

...............

11 viernes
Zaragoza hoy es un río
de promesas y oraciones
que fluyen hacia el Pilar
con un aroma de flores.

................

12 sábado

Pilar tu nombre, Pilar
es columna donde reinas
formada de corazones
que te abrazan y veneran.

..............

13 domingo
La Virgen del Pilar tiene
un manto de flores bellas
y es cada flor que la adorna
un corazón que la sueña.

Rincón de la copla XXIII Aniversario. Octubre 2024. Números 1.184, 1.185, 1.186, 1.187

 

Cuando rondo por la noche

voy pensándome una jota

para dejarla prendida

en el balcón de mi moza.

Llega el mes de octubre y con él nuestras Fiestas del Pilar. La jota estos días se convierte en un himno que toma las calles y plazas con las voces, los bailes y los instrumentos que nos hacen vibrar y llena el corazón de los aragoneses y visitantes. Las modas pasan, pero nuestra jota sigue viva, única y universal, renovándose para seguir joven y bella, honrando su tradición e historia y los diferentes caminos que conducen a su éxito y a punto de ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Pilar, Ebro y Jota son palabras mágicas que, junto a alegría, llenan estos días zaragozanos. Que sean acompañadas de diversión sana y respeto para que, además "tengamos la fiesta en paz..." Muchas felicidades, zaragozanos y forasteros y a disfrutar.


Entre tus brazos, las flores,

 el corazón en las manos,

 la concordia en las miradas

 y una oración en los labios.

Ayer fue el día grande de nuestras Fiestas y, como desde hace muchos años, las calles que confluyen en la Plaza del Pilar fueron durante todo el día un río de flores, en manos de oferentes vestidos con trajes regionales aragoneses y de diversas procedencias de todo el mundo. La Ofrenda, propiciada por el entonces concejal de festejos del Ayuntamiento de Zaragoza Manuel Rodeles tuvo su primera manifestación el 12 de octubre de 1958, auspiciada por el HERALDO, Radio Zaragoza y con el apoyo de diversas personalidades zaragozanas. Duró alrededor de dos horas y participaron unos dos mil oferentes. Las impresionantes cifras de ayer están en la mente de todos, pero es importante dejar constancia de los inicios como recuerdo para las nuevas generaciones.


Al rondarte vi la luna

reflejadica en tu cara.

Desde entonces voy de noche

a soñar a tu ventana.

Hoy, queridos lectores, me van a permitir alguna confidencia personal, que no suelo prodigar. La jota tiene muy diferentes formas de expresión, pero a mí siempre me ha emocionado especialmente la jota de ronda. La rondalla recorre las calles en la noche y es inevitable la parada para cantar una copla a una persona especial, mientras, normalmente, descansan los rondadores de su paseo. De niño, especialmente cuando transcurrían las Fiestas del Pilar, iba con mi padre tras la rondalla, allá por el barrio de La Magdalena (nací en la calle Mayor al lado de la tienda de Quiteria Martín que sigue idéntica tras tantos años). Son recuerdos que se graban en el corazón y perduran. Trazos de amor a la tierra y a nuestro gran patrimonio, que es la jota.


La jota es flecha lanzada

desde el corazón al cielo

y desde Aragón proyecta

su belleza al mundo entero.

Y terminamos este mes jotero por excelencia, lleno de emociones para los zaragozanos que hemos vivido nuestras Fiestas con cariño y alegría. Nos adentramos en el otoño a través de un mes largo de días cortos. Ya lo expresa el dicho popular: "Dichoso mes / que empieza en Todos los Santos / y acaba con San Andrés". Paciencia pues para transitar por este período de resaca de fiestas y recuerdo a quienes se fueron y a Don Juan Tenorio (un tanto olvidado por modas importadas) y esperemos el bombardeo publicitario navideño con resignación y paciencia y preparados para desearnos la paz que parece no importar demasiado a quienes mandan en el tablero mundial. Pero, como dijo el poeta oriolano, que nos dejen la esperanza, que no la vamos a perder. 

 

Heraldo de Aragón, 6, 13, 20, 27 octubre 2024 

domingo, 1 de septiembre de 2024

Rincón de la copla. XXIII Anivº. Septiembre 2024. Nos. 1.179 a 1.183

En una humilde cuarteta

cabe un corazón entero

un mar inmenso, un jardín

una canción, un te quiero...

Se acabaron las vacaciones estivales y todo vuelve a la actividad normal. Ojalá que este curso sea mejor que el anterior y los problemas que generan las crisis vayan poco a poco solventándose hasta el verano próximo. Desde este modesto Rincón de la copla queremos desear a todos nuestros lectores que la “reentrée” sea lo más leve posible y que, aunque ya decían los romanos aquello de ”post festum, pestum”, levanten el ánimo y se dispongan a preparar las Fiestas del Pilar, que están a la vuelta de la esquina. Hoy les brindo una copla de declaración de intenciones; una copla, precisamente, de amor a la copla, donde cabe todo sentimiento y con la que quiero transmitir una buena dosis de esperanza y optimismo, que buena falta nos hace.


Como los pájaros cantan

las penas de sus amores,

así canto yo la jota

para aliviar mis dolores.

Ruperto Chapí Lorente nace en Villena (Alicante) en 1851 y muere en Madrid en 1909. Es uno de los más destacados compositores de zarzuelas, género lírico español que debemos recuperar con producciones dignas, pues está lleno de obras maestras de compositores que, como Chapí, Barbieri, Bretón y tantos otros, han llenado teatros durante muchas décadas. Chapí tiene una extensa obra musical, con zarzuelas del llamado (por su extensión, que no por su calidad) “género grande” y que están en el recuerdo de miles de aficionados: La tempestad, La bruja (a la que pertenece la copla de hoy), El rey que rabió, El tambor de granaderos, La revoltosa... También cultivó el “género chico”, la música de cámara y la sinfónica y fundo la SGAE en 1893.

 

Te quiero, Morena, te quiero

como se quiere la gloria

como se quiere el dinero

como se quiere a una madre

te quiero.

José Calixto Serrano Simeón, el Maestro Serrano, nace en Sueca (Valencia) en 1873 y fallece en Madrid en 1941. Compuso medio centenar de zarzuelas, entre ellas: La dolorosa, La canción del olvido, Los claveles y Los de Aragón, así como la pieza que es hoy el himno de la Comunidad Valenciana y que fue en principio el himno de la Exposición Regional Valenciana de 1909. Es el autor de El trust de los tenorios, humorada cómico-lírica de enorme éxito, con letra de Carlos Arniches y Enrique García Álvarez , estrenada en el teatro Apolo de Madrid el 3 de diciembre de1910, con asistencia de Alfonso XIII, y de la que entresacamos un fragmento de la letra de la jota “Te quiero” que inmortalizó nuestro gran Miguel Fleta en una versión inigualable.


Palomica aragonesa,

no dejes tu palomar:

que te harán volver de lejos

las campanas del Pilar.

Juan José Lorente, como nuestro querido tenor Bernabé Martí, nació en Villarroya de la Sierra en 1880 y falleció en Madrid en 1931. Aunque de modesta familia campesina, estudió magisterio y comenzó tempranamente a escribir para periódicos y revistas. Colaboró en Diario de Zaragoza, El Progreso y Diario de Avisos del que fue director, pasando después a Heraldo de Aragón como redactor jefe y La Voz de Aragón. Su obra literaria, que incluye textos poéticos, es extensa e interesante, pero lo recordamos sobre todo por sus libretos de La Dolorosa y Los de Aragón ( de donde extraemos esta copla de hoy) en colaboración con el maestro Serrano. Bien puede estar orgullosa Villarroya de la Sierra de estos dos ilustres aragoneses, Lorente y Martí.


No cantes más La africana,

vente conmigo a Aragón,

y allí la jota que es gloria,

nos cantaremos los dos.

El dúo de la Africana, es una zarzuela en un acto,“consecuencia” de la ópera “L'Africaine” de Meyerbeer, estrenada en París en 1865. Fue compuesta por Manuel Fernández Caballero con libreto de Miguel de Echegaray que crearon también la inmortal obra Gigantes y cabezudos, en 1898. “El dúo” fue estrenada en el Teatro Apolo de Madrid en 1893 y es una obra deliciosa que recomendamos escuchar especialmente en la versión de Josefina Meneses, y Pedro Lavirgen, a quien por cierto vimos y saludamos hace ya bastantes años en Zaragoza y que talleció en el mes de abril del año pasado. Tenía esa prestancia de gran tenor y unos conocimientos técnicos y anecdóticos de una época gloriosa de la lírica, que enriquecen y deleitan al oyente aficionado.



miércoles, 14 de agosto de 2024

Rincón de la copla. XXIII Anivº. Agosto 2024. Nos. 1.175 a 1.178

 

Extraña a mi madre el ver

mis ojos siempre cerrados;

no sabe que así consigo

tenerte siempre a mi lado.



María Ángeles Naval, nacida en Peralta de Alcofea, es catedrática 

 

de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza. 

 

Ha publicado numerosos trabajos,  uno de los cuales, ‘El sentimiento 

 

apócrifo (un estudio del cantar literario en Aragón, 1880-1900)’, 

 

que fue editado por la Institución Fernando el Católico en 1990, 

 

constituye un exhaustivo y documentado estudio sobre los cantares 

 

literarios creados en Aragón, yfundamentalmente en Zaragoza, 

 

en esa época. Lo recomendamos a quienes  quieran conocer esta faceta

 

 de la poesía popular, de su revalorización como hecho 

 

ideológico y cultural y de la derivación tras la extinción 

 

de la estética del cantar hacia la 

 

copla de jota. Este cantar es del periodista Manuel P. de Aranda, 

 

publicado en ‘La Derecha’ en 1882.





Madre yo quiero mudarme

al barrio de la esperanza;

que en la calle del olvido

va haciendo un frío que mata.


De Luis Ram de Víu (Zaragoza 1864- Rubielos de Mora 1906), considerado el mejor de los

 

poetas aragoneses del siglo XIX, traemos hoy aquí esta preciosa copla. 

 

La finura desentimientos aparece en la obra de este autor llamado tambien

 

 "poeta de los muertos" por haber compuesto muchos de sus poemas, solitario 

 

y triste, en el cementerio de Zaragoza.

 

María Ángeles Naval, en 1992, le dedicó una tesis (Luis Ram de Víu. Vida

 

 y obra) con la dirección del profesor José Carlos Mainer. También

 

 José A. Pérez Lasheras, Alfredo Saldaña y Javier Barreiro han publicado

 

 trabajos sobre el poeta posromántico. Su obra se va reeditando y

 

figura en numerosas antologías. 

 

Esta copla que hoy publicamos es muy propia para ser

 

cantada como jota profunda y emocionada.



 

Eras tú quien me decía decía:

"dale fuego al chaparral"
y ahora que lo ves ardiendo,

lo quisieras apagar.

 

Como podemos ver, la copla puede ser un micropoema o también constituirse en poesía popular y expresar sentencias, aforismos o refranes. La copla de hoy, muy popular, es letra de una canción muy extendida en diversas geografías. En Navarra se canta con tonada de jota, así como en Aragón pues existen, entre otras, grabaciones de José Oto con Felisa Galé así como Jesús Gracia y Piedad Gil o José María Dalda, de Calatayud. La de El chaparral es una copla famosa y extendida y además didáctica, pues podemos sacar una buena enseñana de su audición o lectura: Más vale no prender el fuego a chaparrales diversos porque, a veces, es muy difícil apagarlo, aunque queramos. Sabia enseñanza aplicable a muchas circunstancias muy inflamables de la actualidad ...


 

No ates jamás al amor

con cadenas y grillees,

déjalo que vuele libre

que si está preso se muere.

 

En el ensayo 'La copla, poema y canto' (Lastura 2022), recorrido por la estrofa castellana y nuestra jota, la profesora Susana Diez de la Cortina hace un valioso estudio sobre las diversas coplas que se publican. Entre ellas está la que hoy traemos a este Rincón y que entra en la tradición de las coplas amorosas. La canta de jota aragonesa tiene una temática diversa, además de las tradicionales y numerosas referencias al Pilar y al Ebro: la tierra, las gentes, el paisaje, las costumbres que, en el fondo, están vertebradas por el amor que el aragonés siente por todo lo suyo. Y como apunta el profesor Barreiro en el epílogo del libro: "No podemos dejar de sentir afección y simpatía por el decir popular más específico de nuetra lengua. La copla".

 

 (Heraldo de Aragón, 4,11,18 25 agosto 2024)

miércoles, 3 de julio de 2024

Rincón de la copla. XXIII Anivº. Julio 2024. Núms. 1.171 a 1.174

 


Desde que nadie te ronda

tienes tan triste la risa,

que el carnaval de tu cara

es miércoles de ceniza.


La obra de Ildefonso Manuel Gil (Paniza,1912-Zaragoza, 2003) es objeto de

 

constante estudio por especialistas, aunque tal vez poco difundida hoy. Poeta de

 

Aragón y del exilio, su voz sigue plena de una vigencia que solamente tienen los

 

grandes escritores. Su poesía, extensa e intensa, es un perpetuo canto al amor, a la

 

libertad y a la belleza y recomendamos a las nuevas generaciones que lean y

 

disfruten de su interesante obra narrativa y poética. Quienes le conocimos y vimos su

 

partida a Norteamérica mediado el pasado siglo, siendo adolescentes, lo tuvimos

 

entre nosotros en sus últimos años y pudimos disfrutar de su magisterio que siempre

 

fue generoso y abundante. De su ‘Cancionerillo del recuerdo y de la tierra’

 

 extraemos esta preciosa canta.



Tanto estudiar y estudiar

y no sé lo que es cariño

y es que al quedarme sin madre

se me perdió el mejor libro.

 

 Sixto Celorrio fue un bilbilitano ilustre cuyas coplas se hicieron rápidamente populares. 

 

Nacido en Calatayud en 1870, se trasladó a Zaragoza, llegando a ser diputado provincia

 

l. Murió en nuestra ciudad en 1924 Celorrio se considera un genuino escritor costumbrista

 

aragonés, ya que fue autor de numerosas cantas así como de narraciones de personajes y

 

 ambiente regional que contribuyeron a difundir el tópico baturro. (Paella aragonesa; 

 

Colección de cantares, cuentos baturros y composiciones festivas; Jotas; Cantares

 

 aragoneses...Cuestionado o no el “baturrismo”, de su obra, tan en boga por otra parte en los

 

 escritores aragoneses de la época, no cabe duda de que toda constituye, vista

 

 desde la actuaidad, un interesante documento costumbrista. 

 

 

 

No me digas que me quieres

cuando soplan huracanes.

No me digas esas cosas

porque se las lleva el aire.


El 18 de septiembre de 1934 moría en San Lorenzo del Escorial Fernando Soteras,

 

Mefisto’, a consecuencia de un accidente de automóvil. Fue popularísimo poeta

 

zaragozano que, durante años, reflejó en HERALDO todo el espíritu de los

 

aragoneses de la época, de sus maneras y sus avatares, con exquisita ironía, a veces

 

crítica punzante, y gran sentido del humor. Sus “Coplas” eran glosas de la actualidad, 

 

con que el genial poeta de la copla y el cantar aragoneses sabía impregnar sus

 

escritos. Como homenaje a su memoria, HERALDO editó una antología de sus

 

escritos de la que extraemos esta copla que es un bello micropoema. También el

 

escritor y periodista Juan Luis Saldaña presentó en 2021 una excelente tesis doctoral

 

sobre este zaragozano ilustre.

 

 

 

Extraña a mi madre el ver

mis ojos siempre cerrados;

no sabe que así consigo

tenerte siempre a mi lado.

 

María Ángeles Naval, nacida en Peralta de Alcofea, es catedrática de Literatura

 

Española en la Universidad de Zaragoza. Ha publicado numerosos trabajos, uno de

 

los cuales, ‘El sentimiento apócrifo (un estudio del cantar literario en Aragón, 1880-

 

1900)’, que fue editado por la Institución Fernando el Católico en 1990, constituye un

 

exhaustivo y documentado estudio sobre los cantares literarios creados en Aragón, y

 

fundamentalmente en Zaragoza, en esa época. Lo recomendamos a quienes quieran

 

conocer esta faceta de la poesía popular, de su revalorización como hecho ideológico

 

y cultural y de la derivación tras la extinción de la estética del cantar hacia la copla

 

de jota. Este cantar es de Manuel P. de Aranda, publicado en ‘La Derecha’ en 1882.

 


 Heraldo de Aragón, 7, 14 21 28 julio 2024

 

 




 

miércoles, 26 de junio de 2024

Rincón de la copla. XXIII Anivº. Junio 2024. Núms. 1.166 a 1.170

 

Por los altos de Goreya

se oye un piano sonar:

es el alma de la tierra

que me viene a consolar 

 

La copla de hoy, llena de nostalgia de Gurrea y exclusiva para esta publicación, es de Rosendo Tello Aína (Letux, Zaragoza, 1931) y dictada a su esposa Maribel desde su afortunadamente ya superado último ingreso hospitalario. Rosendo, poeta y ensayista, Patriarca de las Letras Aragonesas, es a los noventa y tres años, maestro indiscutible de varias generaciones de poetas y un referente fundamental de la poesía española en la última mitad del Siglo XX y del XXI. Sería prolijo citar aquí su devenir vital y literario, que se puede consultar en numerosas publicaciones y también en las Redes, pero sí queremos, movidos por el cariño y el magisterio que siempre nos ha otorgado, rendirle una vez más el sencillo homenaje de unas líneas de ánimo con un abrazo.



Es Corita Viamonte

artista de Zaragoza

que paseó por el mundo

cantares, cuplés y jotas

Corita Viamonte López es una cantante y cupletista zaragozana muy popular, además de compositora de cantares y cuentos infantiles. Hija y nieta de artistas, comezó su actividad a edad muy temprana, actuando ya a los cinco años en el Teatro Principal. En 1969 formó el grupo de majorettes de Zaragoza, que estuvo activo durante casi treinta años, y viajó a varios países, incluyendo la Unión Soviética, donde actuó con notable éxito. Tiene, entre otras muchas distinciones, la Medalla de Plata de la Ciudad de Zaragoza. Corita es una persona cercana y amable que actualmente regenta un establecimiento hostelero en el casco antiguo de Zaragoza, donde guarda recuerdos de su dilatada vida artística y añade a sus buenos platos, agradables conversación y sonrisas.



Sólo la necesidad

presta valor a las cosas,

es por eso que tu nombre

no se aleja de mi boca.

Isabel Miguel es profesora, poeta y traductora nacida en Soria, aunque vive en Madrid. Sus poemas se reunen en varios libros así como en numerosas revistas de ámbito nacional e internacional y han sido traducidos a diferentes idiomas: francés, inglés,italiano, gallego, portugués, árabe, rumano y búlgaro. Tiene una gran actividad literaria, coordinando varias revistas especializadas y participando también en numerosos congresos y grupos literarios en nuestro país y el extranjero. Tambien es editora -fundadora de Lastura- y persona de una poesía de influencia machadiana muchas veces y también con motivos de alta significación social, expresada siempre de manera nítida y con un lenguaje puro y cuidado, rítmico y musical. He aquí una copla suya.

 

 La ronda trajo una copla

en una noche de viento.

Besó tu cara encendida

y se marchó con el cierzo.

La ronda es una de las formas más hermosas de expresión de nuestra jota y era atracción preferente en las fiestas de ciudadades y pueblos aragoneses, donde desfilaban, incansables, las rodallas. Tras algún tiempo de declive, parece reavivarse entre las generaciones más jóvenes el gusto por esas rondaderas que recorren las calles en noches apacibles. A ello contribuye el renovado impulso que muchas escuelas de jota están dando a nuestra primera manifestación folclóricca con el entusiasmo de tantos profesores y profesoras que mantienen una tradición que está a punto de ser reconocida mundialmente por la UNESCO, gracias a la labor coordinada de muchos defensores de nuestra mejor jota, que sigue cada vez más viva y encara el futuro con optimismo.



No me importa si está nublo

o si hace frío o calor

porque desde que me quieres

eres mi luz y mi sol.

Encaramos ya el verano de este año bisiesto que tantos desasosiegos está produciendo a quienes deseamos la paz y convivencia en este mundo que nos ha tocado vivir. Pero parece que eso no es posible, como no lo ha sido históricamente. La naturaleza humana es en gran medida así y parece que el odio y e rencor se instalan inndefinidamente en las personas y las sociedades. De ahí que la música y la poesía (y la copla es una estrofa poética, un micropoema) sean más necesarios que nunca para compensar el plato de la balanza. Ya no nos acordamos de los buenos propósitos de la no tan lejana pandemia, cuando nos rodeaba el miedo y la impotencia y no proponíamos "salir mejores". Al menos, como decía el poeta, dejadnos la esperanza y caminar apaciblemente.

 

 


 

Heraldo de Aragón. 2,9,23,30 junio 2024


martes, 7 de mayo de 2024

SUMMARIUM 25. Presentación de Madrid

 

***17 de mayo, viernes. 20 h.***
Espacio Huerga y Fierro.
C/.Sebastián Herrera 9.(<M> Embajadores).Madrid
PRESENTACIÓN
Summarium 25
(Selección de poemas 1999-2023)
Autor: Miguel Ángel Yusta
Prólogo: Félix Maraña. Escritor, poeta, periodista y amigo grande.
Presenta el acto: Charo Fierro , editora.
Doctora en Filologia, poeta y ensayista, columnista, profesora de la Universidad de Córdoba.
Acompañamiento y canciones: Antonio P. Gaitero cantautor y poeta siempre generoso ...
 

 

Rincón de la copla. XXIII Anivº. Mayo 2024. (Núm. 1.162 - 1.165)

 

Heraldo de Aragón. Mayo 2024. 5,12,19,26




Me despido de tu casa

como el sol de las paredes,

que por la tarde se va

y por la mañana vuelve.

 

En una reciente publicación de la Institución Fernando el Católico, "Jotas cosmopolitas de Aragón: de Florencio Lahoz a Pauline Viardot-García", la investigadora Marta Vela recoge un amplio estudio y una serie de partituras que documentan ese interesante camino de la jota en el Siglo XIX, paralelo a su discurrir popular y muchas veces entrecruzándose, recorriendo así un apasionante camino que sin duda enriquece todavía más esta manifestación tan arraigada en el corazón de todos los aragoneses. Traemos aquí una de las muchas letras de esas jotas, cuartetas de gran belleza poética en las que no figura autoría, como ocurre en tantas ocasiones con las cantas aragonesas y, en general, con las coplas populares, que ya lo dijo don Manuel Machado...

 

 

  

Te dije que te quería

y no me prestaste oídos.

Por eso guardo silencio

pero te quiero lo mismo.

 

En su último poemario, Migraciones, la oscense Susana Diez de la Cortina, doctora en filología, poeta, ensayista y actualmente profesora de la Universidad de Córdoba, expresa una extraordinaria sensiblidad y voz poética, tal como venía mostrando en sus anteriores poemarios, y ahora ya en magnífica plenitud. Susana es también columnista de Ronda Somontano y, además de su obra poética, tiene una interesante obra ensayística que culmina con "La mujer y los sueños en el Romancero" (Mira Editores) que constituye un interesante estudio sobre el tantas veces ignorado papel de la mujer en el conocimiento y la sociedad de su época.

De su último poemario extraemos esta cuarteta, que demuestra cómo con pocos versos se puede construir un buen poema.


 

Con cariño os deseamos

felicidades, amigos,

y éxitos por muchos años

en el Heraldo Domingo.

 

En estos atribulados tiempos de prisas y cambios, también en los medios de comunicación, es reconfortante encontrar en nuestro HERALDO cada domingo -y hoy celebramos mil- esta parcela especial con sus páginas ya tan familiares para miles de lectores. Y esta cita semanal conmemora la entrada en su milenio con el mismo entusiasmo y eficacia, solvencia y oportundad periodística que en sus comienzos. Mil números donde nos encontramos con la sabiduría periodística de extraordinarios compañeros de páginas, desde el gran reportaje a la entrevista de actualidad, la noticia tecnológica o el espacio de artículos costumbristas o de opinión.

Muchas felicidades y, cómo no, la dedicatoria desde este veterano Rincón de una copla conmemorativa.


 

Una luz iluminaba

la trenza de mis deseos

y tu risa se enredaba

entre mi amor y tus miedos.

 

María Luisa Peña, licenciada en Historia y filóloga por la UCM, ejerce como profesora de Lengua Castellana y Literatura en la Comunidad de Madrid. Marisa también es una excelente poeta con varios libros publicados con un estilo sobrio y delicado. Ejerce su actividad con entusiasmo vocacional haciendo que sus alumnos conozcan a fondo, además de los autores famosos, las mejores obras de literatos y poetas que a veces son olvidados por las nuevas generaciones, Es importante para la formación de los jóvenes que puedan discernir a partir de las diferentes opciones que la Historia nos presenta y así formarse un juicio imparcial y sereno para no repetir errores del pasado. He aquí una cuarteta lírica de las muchas que compone con variada temática.

 

 

 

DOMINGO HERALDO (Extra número 1000).

19 mayo 2024

Con cariño os deseamos

felicidades, amigos,

y éxitos por muchos años

en el Heraldo Domingo.



En estos atribulados tiempos de prisas y cambios, también en los medios de comunicación, es reconfortante encontrar en nuestro HERALDO cada domingo -y hoy celebramos mil- esta parcela especial con sus páginas ya tan familiares para miles de lectores. Y esta cita semanal conmemora la entrada en su milenio con el mismo entusiasmo y eficacia, solvencia y oportundad periodística que en sus comienzos. Mil números donde nos encontramos con la sabiduría periodística de extraordinarios compañeros de páginas, desde el gran reportaje a la entrevista de actualidad, la noticia tecnológica o el espacio de artículos costumbristas o de opinión.

Muchas felicidades y, cómo no, la dedicatoria desde este veterano Rincón de una copla conmemorativa.



 







































Rincón de la copla XXIII Anivº. Abril 2024. ( 1.158 - 1.161)



Como yo no sé cantar

solo te lloro mi copla

a ver si mi llanto tiene

ese temblor que enamora.

Esta bella copla me la manda mi querido amigo el escritor madrileño Javier Del Prado Biezma como "respuesta" a la que en esta página se publicó el pasado domingo, Pascua de Resurrección. Del Prado, catedrático emérito de la Universidad Complutense, es también traductor, crítico, ensayista, fecundo poeta y muy aficionado a la copla, considerando que esta estrofa no es un género menor sino, como llevamos defendiendo desde hace medio siglo, un micropoema ubicado dentro del rico acervo de estrofas españolas que los grandes escritores han cultivado hace siglos, desde Jorge Manrique hasta Miguel Hernández y que sigue viva y fecunda cultivada por poetas contemporáneos y siendo su forma de cuarteta la letra de nuestra querida jota aragonesa.

 

 

Ayer pasaste despacio

debajo de mi ventana,

con una jota en los labios

y una lágrima en tu cara.

La pasada Semana Santa, por motivos climáticos a nivel nacional, muchas cofradías no pudieron realizar sus desfiles procesionales. Zaragoza fue una de las más afectadas, suprimiéndose, entre otras, la tradicional procesión del Viernes Santo, desfile de todas ellas, que son veinticinco y que es el más antiguo de Zaragoza, ya que data de 1617. Otras manifestaciones sí que se llevaron a cabo y la jota cada vez está más arraigada entre ellas y se escucha con respeto y devoción. Las jotas, con bellas cantas, son un elemento más de esas celebraciones, como lo es la saeta en el sur, y cantadores y cantadoras ponen su voz y emoción que se transmite, potente, a los espectadores, constituyendo ya otra faceta más de la importancia de nuestra jota.

 

 

 Todos me dicen que tienes

otro amor en la ciudad.

Pero, ¡quién tendría celos

de la Virgen del Pilar...!

Hay temas que son muy frecuentes en las letras de la jota aragonesa Digamos que, en Zaragoza, el Pilar y el Ebro son citados en infinidad de cantas. Huesca y Teruel también tienen los suyos, así como muy diversas localidades de nuestra geografía donde los autores de las letras de la jota ( tantas veces anónimos o, simplemente, ignorados en los créditos) ensalzan sus paisajes, monumentos o devociones, constituyendo así un hermoso homenaje a esta tierra, a veces tan olvidadiza de sus mejores hijos. Al mismo tiempo, hacemos un llamamiendo desde estas veteranas líneas para que en las diversas manifestaciones de canto regional se procure nombrar al autor de las letras. Siempre se ha hecho en esta sección, excepto cuando son las propias del firmante...

 

 

 Si jotas de amor te canto,

escúchalas con amor,

que también la jota sabe

arrullar el corazón.

Esta veterana canta fue premiada en el desaparecido Concurso de Coplas Aragonesas, allá por los años noventa del pasado siglo y, como entonces se hacía, cantada como letra obligada por los ganadores del Certamen Oficial. Únicamente hay una publicación de las coplas premiadas entre 1982 y 1987 que realizaron los entusiastas y recordados Mario Bartolomé, letrista y Andrés Cester Zapata, hijo de Isabel Zapata y gran bailador. Se perdieron en los archivos municipales un inmenso número de coplas premiadas hasta la desaparición del Concurso, sin que se haya publicado ya nada al respecto. Eran el trabajo de un considerable número de autores y su publicación hubiese constituido un excepcional cancionero, amén de un interesante documento. Cosas...

 

 (Heraldo de Aragón,  7, 14, 21, 28 abril 2024)


 

sábado, 30 de marzo de 2024

Rincón de la copla XXIII Anivº. Marzo 2024.

Siempre a la orilla del Ebro

me acerco para soñar

montañas llenas de nieve,

llanuras llenas de pan.

 

El uso y aprovechamiento del agua ha sido un tema recurrente en las reivindicaciones de Aragón. Los secanos aragoneses tienen sed y algunos pueblos, incluso muy cercanos al Ebro, ya no recuerdan desde cuando son abastecidos, cuando la sequía aprieta, con camiones cisterna. Desde fuera se nos acusa de insolidarios y hubo quien nos describió aferrados a un botijo, como símbolo de nuestra postura egoísta con el reparto del agua. Es muy fácil hacer demagogia y también lo es observar los problemas sobre el terreno. Los aragoneses no somos tacaños, sino austeros, que son cosas muy distintas.Y aunque seamos pocos no nos gusta que se nos ningunee. Hay capacidad, si la determinación acompaña, para hacer valer y defender los derechos de los más desfavorecidos.


 

Para cabezudo el Ebro

para gigante, el Pilar:

este porque toca el cielo,

aquél por irse hacia el mar...

Hay unos cuantas referencias que salpican muchas de las letras o cantas de las jotas aragonesas. Son motivos que se repiten porque constituyen señas de identidad. Tales son la Virgen del Pilar o su templo, El Pilar, que inevitablemente se asocia con el Ebro, el río más largo de España, con novecientos diez kilómetros de recorrido y que parece ser que surgió hace muchos millones de años por las causas que el lector curioso podrá ampliar en diversas fuentes. Pero en la ribera navarra y aragonesa es especialmente querido y desde luego en Aragón, junto con el Pilar, emblema que nos significa y al que, junto a los Pirineos y al Moncayo, extremos de nuestro territorio, dedicamos apasionadas y bellas jotas. Hoy rescatamos una de nuestros cancioneros.



La jota es canto, coraje,

emoción, brío, grandeza,

sentimiento, corazón,

oración y fortaleza.

Y qué verdad es que nuestra querida jota aragonesa, tan cosmopolita y arraigada, tan hermosamente cantada y bailada, desde sus inicios populares, que son su raíz permanente, creció, se expandió por Europa y América y ha merecido la atención de los más famosos compositores, que la llevaron a sus partituras extendiendo su fama por todo el mundo. La jota aragonesa bailada también por famosos ballets, presente y aclamada en la zarzuela, nuestro género lírico genuino, grande en su diversidad, es la criatura musical aragonesa más señalada, a la que debemos mantener joven y bella y amarla como nuestro más importante patrimonio musical. Y también alimentarla para que crezca sana con nuevas generaciones que hagan de ella motivo de orgullo.

 

 En nuestra Semana Santa

se hace plegaria la jota

y entre cirios y tambores

reza también Zaragoza.

Hoy, Domingo de Ramos, es el inicio de la Semana Santa. Son días de recogimiento o vacación según las creencias o criterios que libremente tenemos los ciudadanos de este país, pero es innegable la transcendencia que en la vida de las ciudades tienen las conmemoraciones propias de estas fechas en forma de desfiles procesionales con hermosas y valiosas imágenes paseadas con devoción por las diversas cofradías. En Zaragoza, además, hay varias de ellas que han adoptado la jota a modo de plegaria. La de El Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora fue la precursora y ahora se unen varias, entre ellas la de Nuestra Señora de la Piedad y, cada vez más, se canta con devoción tal y como se hace por tierras del sur con las saetas.

 

Soy poesía y te canto

con la voz y la palabra,

que la copla es mi canción

y mi poema del alma.

Hoy se acaba la Semana Santa y el regreso a la normalidad se produce tras la agitación devocional o viajera de estos días pasados. ¿Quién se acuerda ya de la pandemia? Ahora además de reincorporarnos al trabajo, tenemos cada vez más cerca el horizonte de las vacaciones de verano. Es hermosa la vida cuando hay salud, paz, ilusion y prosperidad para todos. Pero no podemos alejarnos del dolor y las guerras, del sufrimiento de tantos y procurar ser solidarios y sobre todo valorar la paz y cuidarla. Estamos hace tiempo muy excitados por diversas causas y, sin que sirvan estas líneas de "sermón de Pascua", hacemos votos por la concordia y convivencia. La poesía "de líneas claras",como dice Luis Alberto de Cuenca, también puede ayudar, y mucho, a ello.

 

(Heraldo de Aragón, 3,10,17,24,31 marzo 2024)





























lunes, 4 de marzo de 2024

Manuel M. Forega reseña "20+1 Poemas"

 



 En su obra "El viaje exterior. Ensayos censores V" (Pregunta, 2021), el ensayista, crítico y poeta Manuel Martínez-Forega recoge el texto de presentación del poemario "20+1. Poemas", cuyo texto íntegro se publica a continuación.

                                                        20 + 1 POEMASi

Ortega y Gasset titula «La aparición del otro» una de las lecciones que recoge en El hombre y la gente. En algunas cuestiones vitales soy adepto a Ortega; por ejemplo, en ésta, que aborda el problema del otro ser humano frente al Yo. Y lo aborda, en efecto, como un «problema», como un conflicto. No es la primera vez que manifiesto esta circunstancia ya clásica de las exégesis críticas literarias (que, por otra parte, proceden de Nietzsche y nadie lo dice). Me refiero a ese concepto de la «otredad», de vasta difusión entre la crítica a partir de los sesenta y cuya génesis (además de Nietzsche, repito) encuentra fundamento en el Je est un autre de Rimbaud o en el más cercano Viver è ser outro de Pessoa. Prefiero yo llamarlo esquizofrenia porque, aun siendo un término metonímico, refleja mejor lo que no sólo al escritor le sucede permanentemente en su vida; no sólo al escritor, digo, sino a cualquier individuo y cualquiera que sea su tarea en la vida.

¿Y por qué este preámbulo? Pues porque no me resisto a incluir la poesía de Miguel Ángel Yusta en ese contexto esquizoidal y porque a Yusta, como poeta que es, le afecta de manera más profunda. Tampoco me resisto a hablar de una existencia otra: la que fija la etimología como ex-ister. Y es que, en efecto, existir significa propiamente «salir», «brotar», «surgir» y no lo que la arbitrariedad terminológica quiso y pudo, a lo que parece asignar allá por los años 20 del siglo XX como el modo de ser del hombre, de manera que hoy «existir» y «existencia» designan un carácter, una forma de comportarse el hombre en la sociedad. Sin embargo, es precisamente «vivir» (que es lo contrario a existir) lo que otorga carácter verdadero al ser humano. Y ese ser humano, querámoslo o no, es siempre Yo, con mayúscula; es decir, el yo que es cada cual.

He llegado hasta aquí para advertir ahora de inmediato que muy pocos tan radicalmente Yo, muy pocos tan radicalmente vivos en ese Yo como Miguel Ángel Yusta. Estos 20 + 1 ponen de manifiesto lo que digo porque representan un mosaico (corto, bien es cierto) de su recorrido por la vida extraído de once de sus títulos monográficos. Y no sólo por la vida, sino por la realidad radical que la rodea. Frente a esta radicalidad, Yusta no opondrá un yo estático, ese que proclama Descartes en su célebre autorretrato: Moi qui ne suis qu’une chose qui pense, sino que lo hará a partir del bien fundado axioma de otro galo inteligente: Nous ne pensons jamais que ce que nous pensons cache ce que nous sommes. Este «jamás pensamos que lo que pensamos oculta lo que somos» rubricado por Valéry es lo que a la postre pone en marcha todo el mecanismo revelador del Yo para mostrarse vivo frente al Otro. Y ese Otro no es sólo nosotros, receptores del desenmascaramiento del poeta en sus versos; ese Otro es también el propio poeta que sale de sí mismo (es decir, que existe de sí mismo) y se autorretrata en sus poemas, tal cual lo evidencia en ese «Quejido ronco de tambores», una silva asonantada en la que su «figura evanescente», como larva, le hace vagar sin sentido. Es ahí, en ese espagat doloroso entre lo que se es y lo que existe (lo repito: entre lo que se vive y lo que surge de súbito, aparece, o se muestra acaso como una phantasma, como diría Juan Rufo) donde tiene lugar la tensión de un Yo en conflicto. Miguel Ángel Yusta ha querido mostrarnos en este libro unas cuantas pinceladas de su vida en sus también diversas circunstancias, pero seríamos muy ingenuos si pensáramos que esta muestra es su vida misma. No, no es así porque, a pesar de que la vida sea la causa de la movilización estética, estamos hablando de literatura o, lo que es lo mismo, de un embaimiento que trata de superar lo que precisamente el vitalismo llamaba «habitualidad», lugar donde se inscribe la vida como realidad radical del cada uno de los Yoes. Para escapar y trascender esa habitualidad Miguel ángel Yusta se va a París, a su amado París, muy amado, desde luego, por cuanto, como descriptor de su fisonomía divina y humana, le dedica tres textos iconográficos, el 15 % del total de esos casi 20 poemas de amor y una copla casi desesperada. Porque, efectivamente, otra vez huye Yusta de la habitualidad enamorándose, o haciendo que el amor transite por el más allá del más acá que es su realidad habitual. Para abandonar la habitualidad Miguel Ángel Yusta echa mano de la memoria, vuelve casi al útero adoptando la posición natural del neonato; para huir de la habitualidad recoge en frasquitos esenciales la suma de las horas vividas durante su paso por el tiempo. Vemos cómo, por ejemplo, en el poema «El Sena» este prosopopéyico río «Por la noche... parece un inmenso gusano dormido» que «gira sobre sí mismo tantas veces porque quizá no quiera marcharse de París». La acentuación simétrica del soneto «Quisiera ser el amo de tu sueño» se rinde a la armonía de los corazones enamorados con una entrega incondicional, mientras que el poema «Introito» alberga ese anhelo más que rilkeano de regreso a la infancia; diríamos mejor que alberga un deseo de incisión en el plano temporal cuyo vector es naturalmente la memoria. No es el único poema que profundiza en ese asunto central de —me atrevo a decir— toda la literatura universal; «Han pasado los días» es otro texto que trata de redimir el tiempo en la actualización recordatoria de los muertos más queridos. Por fin, sí, el escepticismo desalentador del poeta herido y restañado aparece en aquella copla que citaba y que alude a este plural indefinido, pero plural mayustático: «Dicen amor y es deseo, / dicen te quiero y es nada, / dicen demasiadas veces / palabras, sólo palabras. //»

Sostuvo siempre Ortega y Gasset que la poesía es un modo del conocimiento, o, dicho con otras palabras, que lo dicho por la poesía es verdad. Así como dije al principio estar de acuerdo con Ortega en algunas cuestiones vitales, como la del conflicto del Yo frente al Otro, no lo estoy en ésta que acabo de citar. La poesía, aunque sea un modo de conocimiento, no necesariamente es verdad; más bien aspira a la verdad y, en esta aspiración, la poesía sería verosímil; es decir: un símil de la verdad, algo parecido a la verdad. Lo dicho sirve para ese lado al que Yusta también se inclina en sus versos: el lado de la reflexión descriptiva, el lado de la absorción conceptual. Pero esto no es malo, ni mucho menos. Es, sencillamente, distinto a lo ideal sin que por ello estos caracteres estéticos dejen de ser aspirantes a una verdad modélica desde el punto de vista de la poesía como fiel reflejo de la vida. Diríamos que este otro talante se adhiere a la filosofía crítica respecto a la manifestación de un desacuerdo con la vida convencional, crítica que el poeta se ve impelido a hacer de vez en cuando para que su inexorable soledad la juzgue. Así, por ejemplo, en estos versos: «Después vendrá el silencio de lo oscuro, / se perderán caminos en la noche. / Se borrará tu huella / y yo me quedaré deshabitado. / Solo. //»

El valor a veces narrativo de Miguel Ángel Yusta radica en su dominio para la creación de atmósferas, para la definición de ámbitos; posee la seguridad de quien deja en suspenso la importancia de lo conocido para trascender por medio de sus versos este límite y alcanzar lo que ha de conocerse, lo que nos es dado conocer. Cualquier otro camino que pudiera tomarse, indicador consciente del fracaso, conduciría a la neurosis. La palabra de Yusta no es neurótica; la palabra de Yusta no es oblicua, sino que ha calculado la trascendencia de su gesto hasta hacerse cargo (porque su verbo fue primero humano) de que su prosecución poética debía señalarnos aquel límite: lo que nos es dado conocer. Nosotros, lectores, desde ese mismo momento sabemos que es así y, además de constatarlo, admiramos que así sea.

¿Y qué es lo que evidencia ese gesto? Pues lo que sucede a veces —sólo a veces—: la naturaleza se sirve de un mediador: lo elige de entre muchos con rigurosos criterios de selección para rendirle pleitesía mediante el tamiz del ser; es decir, a través de aquello que constituye la esencialidad de la mirada que se echa sobre lo que se mira y cuyo relato reúne los factores que determinan su hermosura: la emoción distintiva, la resolución diversa de una misma realidad para trascenderla, algo, en fin, que une muy íntimamente a Yusta con su poesía: la lírica que se presenta en imagen bien definida y halla marco precioso en su palabra. Leamos: «Una gota traza un suave camino, / sin contacto posible, hacia mi mano. / Mis dedos han dejado / que se convierta en luz. //» Y también: «Existe un mar sin brumas ni tinieblas, / vacío de memoria, /donde las olas cantan el olvido. //»

Es verdad que en los pocos textos de esta antología apenas puede vislumbrarse una vida atendida por la palabra y, en consecuencia, la recomendación que, como censor hoy aquí, me permito hacer es que su diversidad morfológica presenta sólo registros formales; sin embargo, difumina el carácter, el hondo arriate del que la poesía de Yusta se sirve para caminar por los corazones como lo hace la lluvia cuando se precipita en los hontanares. Disponemos con ello de un perfil grueso, pero se nos hurtan las sutilezas de los rasgos definidores de su belleza.

Toda la hermosura de la poesía de Miguel Ángel Yusta hay que conocerla a través de aquellos títulos de donde se ha extraído éste de hoy y yo, como lector de su Ayer fue sombra, de El camino de tu nombre, de Amar y callar, de Silencio y luz y otros tantos, quiero constatarlo.

Recibí de un amigo el miércoles pasado un libro de poemas titulado El arte de los sueños. Y «todo el mundo sabe —nos advertía Gérard de Nerval— que en los sueños nunca se ve el sol». «En las horas de las largas noches / durmió el poema hasta llegar la aurora», nos dice Yusta; y en otro poema, refiriéndose a sus obras incompletas, añade que «esperan algún día la luz renovadora, la magia que las toque y las despierte».

Concluiré con Antonio Machado: «Tras el vivir y el soñar, / está lo que más importa: / despertar.»

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i Texto de presentación de 20 + 1 poemas (Toledo, Lastura, 2013) de Miguel Ángel Yusta (Zaragoza, fórum de la FNAC, 21 de febrero de 2014).

jueves, 1 de febrero de 2024

Rincón de la copla. XXIII Aniversario. Febrero 2024

 Sembramos las esperanzas

en nuestra tierra desierta

y se secan al regarlas

sólo con fe y con paciencia.

 Parece ser que los aagoneses, noblotes y confiados (pero pocos) tenemos que estar permanentemente en guardia porque, a base de ser buenos vecinos, pacíficos, solidarios y pacientes pues nos van dando zurriagazos periódicamente. El último (ya saben, por las noticias-sonda que se van publicando y conociendo) con nocturnidad, alevosía y, eso sí, palabras de muy insegura interpretación y polivalentes, porque hoy significan una cosa y mañana otra que puede ser perfectamente la contraria. Son los tiempos del todo vale y eso, de verdad, va mal con el carácter de acá y peor con la paciencia de cientos de agricultores que esperan hace años el agua que les redima. Queda dicho con elegancia, dignidad y sin follones. O sea, como aragoneses. Y con copla de jota.

 

 Si se marcha nuestra gente

y no cuidamos del agua

al final transvasaremos

pobreza y desesperanza.

Desde hace décadas existe en determinadas zonas de nuestra Comunidad y ciertas provincias de comunidades vecinas un grave problema de despoblación que ya fue diagnosticado pero que sigue sin un tratamiento eficaz ya que, hablando en términos sanitarios, o las medicinas son muy costosas o hay otros pacientes que tienen prioridad, dada su importancia, para recibir ese eficaz remedio. En medicina esto se llama "mala praxis" y es un término que se usa para referirse a la responsabilidad profesional por los tratamientos realizados con negligencia y que causan daños al paciente. Deberían pensar muy seriamente quienes tienen responsabilidades muy elevadas si los "tratamientos" se estan aplicando con equidad y justicia, de modo que todos puedan beneficiarse.

 

Con trabajo, fe y constancia

sembramos en nuestros surcos

mas si no tenemos agua

nunca veremos los frutos.

El amor a la tierra que te vio nacer, a su entorno y a sus gentes, a los lugares donde creciste y tal vez amaste por primera vez, es un sentimiento nobilísimo y loable. También lo es el saber compartir las alegrías y las tristezas y ser generoso con quien menos recursos tiene. Los mayores – y digo los que rondamos los ochenta por arriba o por abajo- llevamos muchas décadas con la misma "copla del agua", y como vamos quedando pocos, tenemos la obligación moral de informar y formar a quienes llegan detrás y que, en general, lo han tenido más fácil, aunque cada generación tiene sus propios retos y problemas. Sí que les invitamos a salir de las pantallas de vez en cuando, mirar a su alrededor y aprender a amar nuestros paisajes.


Cuando te escucho cantar

me duele el alma, jotero,

pues es un grito tu jota

lleno de sed y desierto.

No cabe duda alguna de que la Jota Aragonesa (próxima a ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) es un tesoro que debemos conocer a fondo, proteger y cuidar sin que por ello impidamos, sino todo lo contrario, sus necesarios crecimiento y desarrollo. Las coplas de la jota, las cantas, son muchas veces la constatación de hechos que son de gran importancia y que en tiempos eran así glosados para conocimiento del oyente, que en la época no contaba con los medios de comunicación y difusión que hoy existen. Pero hoy la jota, su copla, puede tener también un fin difusor y reivindicativo que expanda sentimientos, llegando como una flecha al corazón del oyente. Es una más de las muchas funciones que la jota -música y letra- debe seguir teniendo.


Heraldo de Aragón 4,11,18,25 febrero 2024.