lunes, 23 de noviembre de 2020

domingo, 1 de noviembre de 2020

Rincón de la copla. Noviembre 2020

 


La jota es bravo sentir

que en todo Aragón se canta

con latido noble y firme

que sale limpio del alma.


Me atrevería a calificar a José María Lopera ( Alcaudete, Jaén, 1929) como un digno sucesor de Demófilo. Su publicaciones -numerosísimas- hacen de él un poeta imprescindible, sobre todo en su faceta de creación de las estrofas populares, y un investigador fundamental del folclore andaluz. Cultiva la literatura, la arqueología y la historia. Actualmente vive en Álora desde donde proyecta una intensa actividad cultural y dirige la revista literaria Álora, la bien cercada. Habla seis idiomas y ha estudiado fenicio y tartessio. Es Caballero de la Orden del Danubio. Ha leído sus poemas en ocho países y, entre sus numerosas obras, su libro Flamenco para cantar palo a palo es fundamental para conocer todo ese rico acervo popular que encierra el folclore andaluz.




Mi cuerpo es ese árbol, 

la montaña y el río.

Nadie, nadie lo sabe:

sólo yo, que lo olvido.


En José Corredor-Matheos, como en tantos poetas consagrados, se muestra cómo una copla, cuatro versos octosílabos que riman en asonante los pares, puede ser un poema de una belleza e intensidad absolutas. Nacido en Alcázar de San Juan en 1929, vive en Barcelona desde 1936. Se licenció en Derecho en dicha ciudad y empezó a destacar como crítico de arte, traductor, antólogo y poeta. Fue además jefe de redacción de la editorial Espasa-Calpe y director del Gran Larousse Català. En 1953 publicó su primer poemario, Ocasiones para amarte, al que ha seguido una quincena de libros reunidos en Poesía 1951-1975 (Plaza y Janés, 1981) y Poesía 1970-1994 (Pamiela, 2000). Recibió el Premio Nacional de Poesía 2005 por El don de la ignorancia.

 

 

Me fui con tu libro allí,

y luego no hacía falta:

todos tus versos, Antonio,

el Duero me los cantaba

 

Poeta española nacida en Bilbao en 1902, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, fue catedrática de Lengua y Literatura en los institutos de Huelva, Alcoy y Murcia hasta después de la guerra civil española y posteriormente, tras ser represaliada, trabajó en la Biblioteca Nacional de Madrid. Es una de las mejores representantes de la llamada poesía desarraigada, de la primera generación de la posguerra. Junto con Blas de Otero y Gabriel Celaya, formó parte del importante Triunvirato Vasco de la poesía de post-guerra. Mujer de barro, editado en 1948 fue su primer libro, al que siguieron luego hasta diez publicaciones, con el bellísimo 'Soria Pura', reeditado recientemente (Lastura), al que pertenecen estos versos dedicados a Antonio Machado.




En amor son los suspiros

pequeños brotes de viento

brisa que canta dolores

o nostalgia de recuerdos.


Recientemente ha visto la luz una publicación, "La copla: emoción y poema" en la que junto a las del autor de estas líneas se publican coplas de diversos autores clásicos, modernos y contemporáneos y varias colaboraciones de especialistas en la copla. Es un homenaje a esta estrofa nuestra que, junto a las tradicionales soleá, seguidilla y otras de arte menor, constituyen un importantísimno patrimonio literario que, por fortuna, convive con las nuevas formas de expresión poética y que la aproximan al pueblo, donde perduran porque, como ocure con la ópera, los que tienen cierto temor a "no entender" la poesía, se acercan sin temor y se inician en estas formas sencillas pero difíciles, si tienen calidad poética. Esta de hoy es una de las publicadas.



Navegante de la noche:

mantén la guardia despierta.

Abre los ojos y el alma

porque tus versos esperan.


En estos tiempos de pandemia y desorden de nuestras costumbres habituales, sobre todo en quienes ya no tenemos horarios laborales, es frecuente que la jornada de lectura o escritura y también de navegación por Internet se prolongue hasta horas inhabituales. El insomnio, también muy frecuente, y en muchos casos la soledad del aislamiento, hace que nuestras citas y conversaciones se desarrollen a horas en las que tendríamos que estar ya durmiendo apaciblemente. Pero la noche siempre tiene su encanto, bien en amigables tertulias presenciales o, como es el caso en estos últimos tiempos, en conversaciones a distancia en la pantalla del ordenador. En todo caso, vaya esta sencilla copla para aquellos "navegantes de la noche" que muchas veces nos acompañan,


Heraldo de Aragón. Noviembre 2020











































Rincón de la copla. Octubre 2020.

 Con el corazón abierto

ayer me acerqué a tu reja

y la cerraste deprisa

sin asomarte siquiera.

 

La copla es un vehículo poético ideal para expresar sentimientos directos con brevedad y, entre ellos, los amorosos. Las penas del amor, el ansia del amado, la espera, el desamor, el olvido, el engaño y tantos otros, han servido y sirven de tema a estas composiciones inmortales a las que se unen la soleá y la seguidilla, tan bellas como la copla y tan arraigadas en la poesía española. Una imagen hecha palabras es la que en esta copla de hoy expresa tanto el ansia amorosa del amante como el desdén, bien por indiferencia o por estrategia para aumentar el interés del pretendiente. Hoy ya no hay rejas donde rondar, pero los sentimientos y las acciones siguen teniendo parecidas formas. Ay, el amor...




Pilar es símbolo y nombre

de fe, constancia y piedad

y fortaleza de un pueblo

sin límites para amar.


Mañana, doce de octubre, Día del Pilar, es Fiesta Nacional y, claro, el día grande de Zaragoza. Como todos los años, el alma de los aragoneses se ilusiona y su Fiesta trasciende a todos los ámbitos. Este año, tan señalado y difícil, nos vamos a sentir todos un poco menos cerca físicamente, pero siempre unidos por el corazón, por esos sentimientos que nos emocionan desde niños y que transmitimos de generación en generación, y deseando que tiempos mejores, que vendrán, nos traigan la plena alegría de las Fiestas del Pilar, con las calles rebosantes, los ríos de flores y jotas, la música y las gentes alegres y bulliciosas llenando todo. Los aragoneses lo merecemos. Zaragoza también. ¡Vivan las Fiestas del Pilar!




Llorar por los que se fueron

en silencio y soledad

y luchar porque los vivos

no lo olvidemos jamás.

Sobra decir que 2020, este año terrible de cifra tan redonda, pasará a la Historia como el de la catástrofe sanitaria -y consecuentemente económica y social- más grave de los últimos cien años. Una ola mortífera se ha extendido por nuestro mundo y ha destruído vidas y esperanzas, poniendo de relieve la enorme debilidad del ser humano, que tantas veces se cree el centro del universo, imbatible en su superioridad intelectual y socialmente cada vez menos solidario con sus semejantes y con el mundo que habita. Reflexiones muy serias se imponen a partir de ahora y esperemos que sean efectivas. No es la menor un interés mayor por el intento de crear un futuro mejor para todos. Palabras que, por repetidas, no debieran olvidarse jamás.


 

Qué gran fortuna he tenido

de amar siempre sin medida

sin haber nada pedido...


Esta semana nos salimos de la forma de la tradicional copla, para dar cabida a una de las más hermosas formas estróficas populares de la poesía española, que tiene muchas: La soleá. Esta estrofa de tres octosílabos que riman primero y tercero es propia de la lírica popular andaluza y tiene una variante, la "soleariya" de distinta medida, con el primer verso y tercero hexasílabos rimando y un segundo de diez o doce sílabas. En fin, lo que pretendemos es resaltar la enorme riqueza de nuestra poesía tradicional, sin necesidad de acudir a modas más o menos foráneas. La soleá tiene forma cantada en el rico folclore andaluz y este ejemplo, de cosecha propia, sigue la temática de soledad y desengaño, frecuente en esta estrofa. 

 

Heraldo de Aragón 4,11,18.25 Oct. 2020