viernes, 6 de diciembre de 2019

Rincón de la copla. Diciembre 2019



No llores tú por mis penas
que aunque son grandes y muchas
todas mis penas no valen
lo que una lágrima tuya.


En este mes de diciembre, cerca ya del 2020, estamos repasando una serie de autores que a principios del siglo veinte fueron, además de excelentes poetas y como tales, creadores de hermosas coplas. La finura de sentimientos aparece con frecuencia como una de las facetas de numerosas coplas aragonesas. Diferentes autores han ennoblecido las cantas con su aportación. Luis Ram de Víu (m.1907) es uno de estos poetas de la copla: elegancia y pulcro estilo adornan sus cuartetas. Se le llamó "poeta de los muertos" por haber compuesto sus poemas, solitario y triste , en el cementerio de Zaragoza. Su obra figura en recientes antologías. De entre sus numerosas coplas elegimos ésta, melancólica y suave, para ser cantada como jota emocionada y profunda.






El cantar aragonés
no tiene de miel dulzor;
es un vaso de agua fresca
con goticas de limón.


El humorismo y la sátira es una constante en las coplas de jota, como lo son la Virgen del Pilar, la tierra, las gentes, el Ebro y sus aguas o el sentir aragonés. Aunque hoy se produce una encomiable evolución de las cantas, es imprescindible atender a la tradición para valorar ese tránsito necesario e indispensable. En el último tercio del siglo diecinueve y hasta mitad del veinte fueron muchos e ilustres los autores que, como don Gregorio García-Arista, académico, escritor e historiador (Tarazona 1876-Zaragoza 1946), desgranaron hermosas coplas.“Restaurador de la verdad de un tipo (el aragonés) harto zarandeado, por desgracia” (Heraldo de Aragón, 1918) de él transcribimos una hermosa jota de siempre, que define la esencia del cantar aragonés.





La Virgen del Pilar dice
que no quiere ser francesa,
que quiere ser capitana
        de la tropa aragonesa.


Benito Pérez Galdós (Las Palmas 1843-Madrid 1920) está considerado como uno de los más grandes novelistas de nuestra lengua. Publicó “Zaragoza” en marzo-abril de 1874, dentro de la primera serie de “Episodios Nacionales”, ingente obra compuesta de cuarenta y seis novelas agrupadas en cinco series. En el capítulo once de la citada obra hace referencia a esta copla, reconocida como un clásico de nuestro folklore y cantada sobre todo como jota de baile o rondadera,. El famoso escritor la pone en boca -“cantando todos en inmenso coro”- de los valientes defensores de la Ciudad, que ostenta asimismo el título de “Heroica” por el protagonismo de aquella gesta contra las tropas napoleónicas, que cambió la faz de nuestra ciudad por mucho tiempo.





Quince años de relaciones 
y ya 'quiés' que nos casemos;
¡no me seas impaciente
que estas cosas 'requién' tiempo!


Considerado como componente da la“generación becqueriana”, Eusebio Blasco y Soler (Zaragoza 1844-Madrid 1903) fue progresista, delicado poeta y fecundo autor teatral (setenta y cuatro obras) costumbrista y paródico. También publicó cientos de crónicas y artículos periodísticos, muchos de ellos en Heraldo de Aragón. Tiene su calle en Zaragoza, que flanquea el Teatro Principal. Fundó un semanario en 1898 (Vida Nueva) y publicó diversas colecciones de poesía y cuentos y, entre ellos, “Cuentos aragoneses” a principios del siglo veinte. (“Los llamo así porque ya se han publicado varias colecciones de cuentos baturros...”). Frescos y costumbristas, de ellos extraemos esta simpática copla y le recordamos de nuevo con mucho cariño.

(Heraldo de Aragón, 8, 15, 22, 29 dic. 2019)