Cuando
rondo por la noche
voy
pensándome una jota
para
dejarla prendida
en
el balcón de mi moza.
Las jotas de ronda o rondaderas, se
cantaban por las rondallas que recorrían las calles de los pueblos
en determinadas fechas o fiestas. Es costumbre que afortunadamente se
mantiene en ciertos lugares y que también se sigue conservando en
las capitales. En Zaragoza, concretamente, en las Fiestas del Pilar,
hay grupos de rondallas que, al son de sus instrumentos, recorren las
viejas calles cantando esas coplas inmortales y otras que van
renovando el inmenso cancionerto aragonés, pues continuamente se
crean cantas que se incorporan al acervo popular, aunque muchas veces
al autor permanezca en el anonimato. Y es que ya lo decía Don
Manuel: Hasta que el pueblo las canta / la coplas, coplas no son / y
cuando las canta el pueblo/ ya nadie sabe el autor. Pues eso.
HERALDO DE ARAGÓN 29 de julio de 2018
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