No
llores tú por mis penas
que
aunque son grandes y muchas
todas
mis penas no valen
lo
que una lágrima tuya.
En
este mes de diciembre, cerca ya del 2020, estamos repasando una serie
de autores que a principios del siglo veinte fueron, además de
excelentes poetas y como tales, creadores de hermosas coplas. La
finura de sentimientos aparece con frecuencia como una de las facetas
de numerosas coplas aragonesas. Diferentes autores han ennoblecido
las cantas con su aportación. Luis Ram de Víu (m.1907) es uno de
estos poetas de la copla: elegancia y pulcro estilo adornan sus
cuartetas. Se le llamó "poeta de los muertos" por haber
compuesto sus poemas, solitario y triste , en el cementerio de
Zaragoza. Su obra figura en recientes antologías. De entre sus
numerosas coplas elegimos ésta, melancólica y suave, para ser
cantada como jota emocionada y profunda.
El
cantar aragonés
no
tiene de miel dulzor;
es
un vaso de agua fresca
con
goticas de limón.
El
humorismo y la sátira es una constante en las coplas de jota, como
lo son la Virgen del Pilar, la tierra, las gentes, el Ebro y sus
aguas o el sentir aragonés. Aunque hoy se produce una encomiable
evolución de las cantas, es imprescindible atender a la tradición
para valorar ese tránsito necesario e indispensable. En el último
tercio del siglo diecinueve y hasta mitad del veinte fueron muchos e
ilustres los autores que, como don Gregorio García-Arista,
académico, escritor e historiador (Tarazona 1876-Zaragoza 1946),
desgranaron hermosas coplas.“Restaurador de la verdad de un tipo
(el aragonés) harto zarandeado, por desgracia” (Heraldo de
Aragón, 1918) de
él transcribimos una hermosa jota de siempre, que define la esencia
del cantar aragonés.
La
Virgen del Pilar dice
que
no quiere ser francesa,
que
quiere ser capitana
de
la tropa aragonesa.
Benito
Pérez Galdós (Las Palmas 1843-Madrid 1920) está considerado como
uno de los más grandes novelistas de nuestra lengua. Publicó
“Zaragoza” en marzo-abril de 1874, dentro de la primera serie de
“Episodios Nacionales”, ingente obra compuesta de cuarenta y seis
novelas agrupadas en cinco series. En el capítulo once de la citada
obra hace referencia a esta copla, reconocida como un clásico de
nuestro folklore y cantada sobre todo como jota de baile o
rondadera,. El famoso escritor la pone en boca -“cantando todos en
inmenso coro”- de los valientes defensores de la Ciudad, que
ostenta asimismo el título de “Heroica” por el protagonismo de
aquella gesta contra las tropas napoleónicas, que cambió la faz de
nuestra ciudad por mucho tiempo.
Quince años de relaciones
y
ya 'quiés' que nos casemos;
¡no
me seas impaciente
que
estas cosas 'requién' tiempo!
Considerado
como componente da la“generación becqueriana”, Eusebio Blasco y
Soler (Zaragoza 1844-Madrid 1903) fue progresista, delicado poeta y
fecundo autor teatral (setenta y cuatro obras) costumbrista y
paródico. También publicó cientos de crónicas y artículos
periodísticos, muchos de ellos en Heraldo de Aragón. Tiene su calle
en Zaragoza, que flanquea el Teatro Principal. Fundó un semanario en
1898 (Vida Nueva) y publicó diversas colecciones de poesía y
cuentos y, entre ellos, “Cuentos aragoneses” a principios del
siglo veinte. (“Los llamo así porque ya se han publicado varias
colecciones de cuentos baturros...”). Frescos y costumbristas, de
ellos extraemos esta simpática copla y le recordamos de nuevo con
mucho cariño.
(Heraldo de Aragón, 8, 15, 22, 29 dic. 2019)
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