domingo, 2 de marzo de 2025

Rincón de la copla. Año XXIV. Marzo 2025. Nums. 1.208, 1.209, 1210, 1.211, 1.212

 


La jota que lleva el viento

es el alma aragonesa

que pregona por el mundo

el tesón y la nobleza.

Estamos, sin lugar a dudas, en plena efervescencia de una nueva época dorada de la jota aragonesa. Toda su belleza y sus variadas formas son estudiadas y expresadas con intensidad por músicos, cantadores, letristas e investigadores que, por distintos caminos, han de converger en un horizonte final: la meta, que no es sino la de conseguir que la más importante manifestación del folclore aragonés sea declarada Patrimonio Inmateriald e la Humanidad. Para ello es más necesario que nunca sumar esfuerzos. La unión para lograr el objetivo final es precisa, dejando aparte individualismos y diferencias que no consiguen sino dilapidar ese inmenso caudal que debemos administrar sabiamente para conseguir tan hermoso fin. A ello, con ilusión y generosidad


Son tus quereres, mañica,

como las alas del Cierzo

y mi corazón la vela

que se llena de tu viento.

La copla, la cuarteta, corazón y expresión cantada de la jota aragonesa, ofrece un gran número de posibilidades para expresar en cuatro versos de ocho sílabas, asonantadas las pares, tanto los más bellos pensamientos amorosos, como el apego al paisaje, a las gentes, a nuestras costumbres y, cómo no, a nuestros mas genuinos símbolos aragoneses, como son nuestro querido Pilar, el Ebro, el Pirineo o esa tierra de Teruel a veces tan olvidada y todavía por descubrir en muchos aspectos. No nos olvidemos de este Aragón "de cintura para abajo", como lo definía un buen amigo mío y gran periodista, pues nos ofrece grandes sorpresas en sus variados paisajes, gentes luchadoras y localidades que pugnan por sobrevivir frente a la despoblación y el olvido.

 

 Grande como el mismo sol

es la jota de esta tierra;

si en amor luce sus iris

lanza rayos en la guerra.

La jota aragonesa ha ocupado un lugar preferente en la lírica española. Son numerosas las obras líricas -preferentemente zarzuelas- que la incorporan y que están en la mente de todos los buenos aficionados. Ambos géneros, el lírico español y la jota se beneficiaron de esta concurrencia sobre todo en la época dorada de la zarzuela, a finales del siglo XIX y primeras décadas del XX. El lector curioso podrá investigar con facilidad en las fuentes de la Red y escuchar muchas de estas obras que hoy son verdaderos tesoros musicales. Y es que en tiempos del omnipresente e imprescindible Internet puede y debe haber espacio para búsquedas y escuchas interesantes, como la de esta copla del acto I escena V de la ópera La Dolores, del maestro Tomás Bretón.

 

 Quiero a la tierra amarilla

Que baña el Ebro lodoso:

Quiero el Pilar azuloso

De Lanuza y de Padilla.

José Julián Martí Pérez (José Martí) nació en La Habana, de padres españoles en 1853 y murió en 1895 en Río Cauto. El considerado padre de la patria cubana, permaneció en Zaragoza, donde estudió en la Universidad de la Magdalena, desde mayo de 1873 a diciembre de 1874. En la calle de La Manifestación, nº 13, una placa recuerda su estancia y también tiene una calle entre las de Océano Pacífico y Rubén Darío. En esta Rincón recordamos al poeta Martí de los versos octosílabos y de las estrofas en cuartetas y redondillas, cuarenta y seis poemas que constituyen su colección de "Versos sencillos", de ellos ocho "Para Aragón en España" En su homenaje recordamos uno de estos últimos. ¿Pensaría el político y literato cubano en el aire de una jota aragonesa?


Si vas a Calatayud

pregunta por la Dolores,

que es una moza muy guapa

y amiga de hacer favores.

No vamos a insistir en estas breves líneas sobre el poder que la copla puede tener, también, como elemento difamador, ni sobre la universalización de ésta, famosa, que ha dado lugar a varias canciones, dos comedias, una novela, una zarzuela, una ópera y tres películas. Hay numerosas publicaciones que el lector curioso podrá consultar si desea ampliar su conocimiento sobre este fenómeno coplero. Ya en obras de Lope (Peribáñez y el comendador de Ocaña) o Lope (con las coplas a Elena Osorio) o más recientemente Benavente (La malquerida) hay ejemplos de cómo una copla puede ser un arma peligrosa. Calatayud, al final, se ha visto beneficiada por la fama de la copla, que Tomás Bretón llevó también a la cumbre musical en su inmortal ópera La Dolores.

 

(Heraldo de Aragón: 2, 9, 16, 23, 30 marzo 2025)





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