domingo, 30 de noviembre de 2014

Los Borgazos




La fuente de mis mayores
hace tiempo que no mana;
también mi querer se seca
como se ha secado el agua.


La Fuente de los Borgazos, en Villanúa, era un lugar frecuentemente visitado por nuestro premio nobel, don Santiago Ramón y Cajal que, desde Jaca, subía a tomar agua y reposar en un banco junto a ella. La zona, abandonada durante años, fue rehabilitada no hace mucho por el ayuntamiento de la localidad y hoy se puede disfrutar de ese bonito espacio, al pie del río Aragón, y descansar en el banco, reconstruído, llamado precisamente "de Ramón y Cajal". Tenemos muchos y muy bellos recuerdos de numerosos veranos pasados en ese hermoso lugar del Valle del Aragón, al pie del pico Collarada, con tantos buenos amigos de diversos lugares y con los vecinos del pueblo, que ha conocido un gran incremento de población con el auge del turismo en las últimas décadas. 

Heraldo de Aragón, 30.11.2014 
Imagen:Pico Collarada e Ibón de Ip 

El sí de (aquellas) niñas



¡Teman las niñas vivir
sin un guía paternal;
pues las puede hacer morir
su inexperiencia fatal!



Noviembre "el dichoso mes" es largo y tristón. Por eso vamos a despedirlo con una nota de humor, aunque la cuestión fuese en su tiempo tomada muy en serio. Tengo en mis manos el "Tratado de educación. El amigo de las niñas" de D. Leopoldo Delgrás (1895) en edición facsímil de Ediciones Maxtor. En él se vierten numerosos consejos en cursi prosa y ripioso verso constituyendo un documento impagable de cómo se pretendía educar -o realmente se "educaba"- a la mujer en esa época no tan lejana. Hasta hace pocos decenios, todavía circulaba un "manual" parecido, producto de mentes reprimidas y calenturientas. En fin, caso de humor hoy, aunque pensemos en que "niñas" como aquellas sufren aún, en determinadas geografías, represiones todavía peores.

Heraldo de Aragón

viernes, 21 de noviembre de 2014

Jota enamorada




Dices que no te hago coplas
pero no hay necesidad,
porque tú misma eres verso
que siempre quiero cantar.


Coplas de amor, coplas que se cantan -o mejor, se dicen- con suavidad al oído de la persona amada. La jota puede y debe ser, a la vez, canto de amor e interpretarse con el sentimiento de una voz, perfecto instrumento, que acaricie las notas, sin forzarlas ni gritarlas. Esa jota que tanto gusta escuchar a media voz, cuando el ambiente se llena de intimidad y las palabras se deslizan en el aire con la delicadeza del vuelo de un ave. Seamos conscientes de que no todo en la jota ha de ser "bravura" y fuerza, potencial de voz y exhibición de adornos vocales, sino que, también, ha de penetrar hasta el interior del oyente, canción que del alma sale y que al alma ha de llegar. Esa es, también, la belleza de la jota cuando la música acompaña cantas de amor...

Rincón de la copla. Mayusta. 
Heraldo de Aragón, 23 noviembre 2014
Imagen:El alma de la guitarra. Romero de Torres


sábado, 15 de noviembre de 2014

Tocar y cantar




De noche te voy a ver
y me llevo la guitarra,
pues te gusta que te toque
y yo te obedezco, maña.


Jesús Gracia, el inolvidable maestro de la jota cantada, tuvo una dilatada carrera llena de reconocimientos. Hace ya mucho que nos dejó y también recientemente su compañera en la vida y en el canto, la recordada Piedad Gil, llena también de una exquisita técnica y sensibilidad. Jesús cantó mucho y cantó bien, pues nuestra jota tiene una enorme variedad de estilos que la enriquecen y hacen que constituya un valioso acervo cultural. Entre los que interpretaba está el estilo "la Tripería" que, según mi amigo Gerardo Frías, se canta principalmente en Épila. Hoy traemos a este Rincón una canta que juega con el obvio doble sentido del verbo tocar y que tiene finura y desparpajo. Y aprovechamos para mandar un abrazo a tantos buenos amigos de Épila que siguen estas líneas.

Heraldo de Aragón,16.11.2014
(Imagen: Jota. Martín Ruizanglada)

lunes, 3 de noviembre de 2014

Las eses del amor.



Ya lo dijo Calderón
y aquí en copla yo lo meto:
solo y sabio es el amor
más solícito y secreto.



Cervantes, en el capítulo XXXIV de la primera parte del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, se refiere a las «cuatro eses del enamorado». Calderón de la Barca, que tampoco necesita presentación, (como dicen algunos entrevistadores o presentadores para evitarse congojas en su trabajo con el presentado, aunque al final se extienden más de lo necesario en tales prolegómenos), escribió un poema sobre las condiciones del amor, que debería tener cuatro eses para ser perfecto. También leo por ahí que Luis Barahona de Soto (1548 - 1595) hizo otro poema explicativo. Invito a mis amables lectores a que busquen -si no los conocen- lean y disfruten estos hallazgos al par que pido mil perdones por el atrevimiento de mi copla.

(Heraldo de Aragón 2.11.2014)