jueves, 22 de julio de 2010

Coplas de verano






Durante Julio y Agosto os afrecemos este ramilete de coplas de todos los tiempos.



Ramillete de Aragón,
camelia, clavel y rosa,
las tres provincias hermanas,
Teruel, Huesca y Zaragoza.






Pedro Lafuente Pardina nació en Huesca el 17 de enero de 1929 y murió en la misma ciudad el 23 de octubre de 2000, a los 71 años. Fue maestro artesano del ramo de la piel, botería y corambrería, oficio en que le antecedieron once generaciones. Escritor costumbrista (“Cuentos y Romances del alto Aragón”) , colaborador de prensa y radio y poeta galardonado, su obra ha constituido un importante aporte a la literatura popular aragonesa.
Desde estas líneas reverdecemos el recuerdo de una persona muy querida en Huesca y el Alto Aragón donde se hicieron famosas sus charlas radiofónicas llenas de buen humor aragonés exento de tópicos. Lafuente también escribió hermosas coplas como la que aquí aportamos.

Le pregunté a mi baturro
de qué enfermedad moría
y me contestó diciendo:
de tanto que me quería.





María Pérez Turón es una de esas joteras que, al salir a cantar, crean un ambiente especial de simpatía. La jota exige sensibilidad y buen decir y no siempre ha de cantarse con esa “bravura” que tantas veces se critica. Ella fomentó una nueva manera de cantar la jota. Nació en Albalate del Arzobispo en 1943. Desde muy joven participó en diferentes certámenes y exhibiciones joteras, destacando por su bella voz, su estilo impecable y la simpatía de la que hacía gala en cada interpretación. Compartió escenario con numerosas figuras de mediados del pasado siglo, entre ellas, José Iranzo,“El Pastor de Andorra”, recorriendo diversas capitales españolas y del sur de Francia. María ha sido, repetimos, una de esas cantadoras que, con elegancia y discreción, han cimentado una manera de decir la copla de jota aragonesa que, por fortuna, tiene en la actualidad muy cualificados seguidores. Traemos al “Rincón” una de sus coplas preferidas.
Porque quiero y porque puedo
y porque me da la gana,
te llevo retratadica
dentro del pecho, serrana.





Blas Mora nació en Albalate del Arzobispo en 1861. Es una de las figuras históricas de nuestra jota y, por ello, recordada en todas las antologías que sobre la muestra más emblemática del folclore aragonés van viendo la luz periódicamente. Su padre era labrador y gran aficionado a la jota, hasta tal punto que cuentan que dijo al ver a su hijo recién nacido: “A éste lo hago yo jotero...¡y de los güenos!” . No se equivocó Mora padre, ya que Blas fue un excelente cantador, amén de una gran persona noble y altruista, famoso en su tiempo y ganador de numerosos premios en su vida de jotero, entre ellos el Extraordinario del Certamen Oficial en el año 1904. Años más tarde regentó en Zaragoza un concurrido merendero, “La Tienda Azul”, situado en el puente Virrey del popular barrio de San José, donde se reunían famosos joteros de la época. Murió a los setenta y seis años, en julio de 1938. He aquí una de sus coplas.
Desde que nadie te ronda
tienes tan triste la risa,
que el carnaval de tu cara
es miércoles de ceniza



La obra de Ildefonso Manuel Gil (Paniza, 1912-Zaragoza,2003) es objeto de constante estudio por especialistas y eruditos. Poeta de Aragón y del exilio, su voz sigue viva y plena de una vigencia que solamente tienen los grandes escritores. Su poesía, extensa e intensa, es un perpetuo canto al amor, a la libertad y a la belleza. Lo mejor que podemos hacer desde este “Rincón” es recomendar la lectura de sus poemarios a quienes no hayan llegado todavía a conocer al poeta, en la seguridad de que, a través de sus versos, verán también al hombre bueno y maestro de tantos como siguieron y siguen el camino de sus palabras. Por fortuna, quienes le vimos partir a Norteamérica mediado el pasado siglo, siendo casi niños, lo tuvimos entre nosotros en sus últimos años y pudimos disfrutar de su magisterio que siempre fue generoso y abundante. De su “Cancionerillo del recuerdo y de la tierra” extraemos esta preciosa canta.
Si casas habrás esposo,
Lágrimas pena y dolor;
Concierta sola tu amor
y el fruto será glorioso.







Braulio Foz y Burges (Fórnoles,Teruel 1791-Borja, Zaragoza 1865) fue escritor, profesor, periodista, traductor, poeta, dramaturgo y político español. Desarrolló, pues, una vida llena de aventuras y actividad dejándonos un legado literario importante. Pero su fama la debe a su obra más conocida, “Vida de Pedro Saputo”, publicada en 1844, reimpresa en 1895 y reeditada en numerosas ocasiones y escrita en una época en la que el romanticismo va cediendo paso al realismo. Braulio Foz utiliza un estilo ágil y coloquial con el que se describe el Somontano oscense y sus personajes, con un lenguaje clásico salpicado de modismos aragoneses, siendo un testimonio de amor a su tierra y una joya de la literatura española. En ella nos cuenta Pedro que a su madre “cuando comenzaba a ser moza le dijo una gitana que si se casaba lloraría muchas lágrimas” y Foz incluye esta “profecía”, en forma de redondilla, al inicio de la obra.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.






Gerardo Diego (Santander 1896-Madrid 1987) es un poeta genuino de la generación del 27. Alternó poesía tradicional y vanguardista y recomendamos a quien no las conozca estudiar su extensa vida y obra. Como ejemplo, podemos referirnos al soneto dedicado al ciprés que preside el claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos, que es, quizá, el poema más conocido de toda la vasta producción poética de Gerardo Diego y uno de los grandes sonetos de nuestra historia literaria. Como ocurre con la casi totalidad de los poetas importantes hasta nuestros días (Juan Ramón, García Lorca...) también figura la copla –bellísima- en su obra y condensa en esta estrofa momentos de gran intensidad poética. De su “Romance del Duero” entresacamos estos versos y se los regalamos a nuestro Ebro en estas jornadas estivales en las que tantas noches paseamos por sus orillas remozadas y, por fin, utilizadas como parque urbano por los zaragozanos.
Si como nació en Teruel
llega a nacer en Sevilla,
no se le queda la miel
en los labios a Marcilla.






Serafín (1871-1938) y Joaquín (1873-1944) Álvarez Quintero, nacidos en Utrera (Sevilla), fueron, en su tiempo, celebrados autores costumbristas, atinados observadores de su Andalucía natal y de la pequeña burguesía madrileña de la época. Su obra teatral, de temática regional, amable y distendida, consta de más de doscientos títulos e incluye trece zarzuelas. Pertenecieron a la Academia Española y fueron nombrados Hijos Adoptivos de Zaragoza, que les tiene dedicada una calle, casi donde se juntan las aguas del Ebro y la Huerva. Colaboraron con el Maestro Chapí en “la Patria Chica” (1907) y en ella vierten hermosas coplas aragonesas. Traemos hoy al “Rincón” como homenaje permanente a nuestro querido Teruel una copla que en su día dedicaron a los Amantes y que está llena de ternura y fino humor. Como era habitual en estos famosos y recordados escritores andaluces.
-¡Ay, madre, que me lo han roto!
-¡Hija, no me digas qué!
-El cantarico en la fuente,
¡pues qué se creía usté!




Las coplas festivas han sido desde siempre cantadas en fiestas familiares, reuniones de amigos y alifaras en las numerosas bodegas de nuestros pueblos, muchas de ellas aún “en activo” para menesteres festeros. Estas cantas constituyen una de las características de nuestra vertiente popular y, aunque las “discomóviles” han cambiado muchas costumbres, sobre todo en los más jóvenes, aún se escuchan con frecuencia en las noches veraniegas de fiestas, buen tiempo y largas veladas gastronómicas bien regadas. Son tan abundantes que sería una exhaustiva labor recoger en una antología una pequeña parte de ellas. Su renovación es constante, aunque la temática suele ser la misma: política, clero, mozos, mozas, suegras y, sobre todo, el sexo en su expresión más desenfadada. Algunas de ellas se han hecho harto famosas y, en su oportuno lugar y tiempo, las publicaremos. Hoy traemos a esta sección una de las más “normalicas”...
Treinta y siete calabozos
tiene la cárcel de Ejea,
treinta y ocho he recorrido
con el de la carcelera.







Luis Royo Villanova, famoso periodista y escritor costumbrista aragonés (Zaragoza 1866-Madrid 1900) de quien escribieron los hermanos Quintero que era «un buen poeta popular; pero un poeta aragonés... un tanto tocado de andalucismo» leyó en el Círculo de la Prensa de Madrid, en noviembre de 1897, un antológico trabajo sobre la copla aragonesa. En él establece un interesante parangón entre las coplas andaluzas y las de nuestro territorio aragonés, destacando en éstas la robustez y sinceridad poética en sí misma frente a los adornos y galas del lenguaje de aquéllas. Son características diferenciales que se pueden observar en multitud de coplas “desdobladas” Curiosidad que traemos a los lectores en esta copla en sus dos versiones andaluza y aragonesa, para que comparen: “Treinta y dos calabocitos/ tiene la cárcel de Utrera, / treinta y uno he recorrido / y el más oscuro me queda”

lunes, 12 de julio de 2010








Tres años vive el hurón,
tres hurones vive el perro,
tres perros vive el caballo,
tres caballos vive el dueño.







José Luis Gracia Mosteo, de Calatorao, como el famoso Cristo, nació en 1957. Escritor ejerciente de aragonés y afincado en Madrid desde hace años es Licenciado en Filosofía y Letras y, además- según sus propias declaraciones- viajero impenitente, promotor de premios literarios clandestinos y ejerciente de oficios varios ( vendimiador, magdalenero, monitor alpìno y pintor de cerámica entre otros) En la actualidad es paciente profesor, crítico literario de Heraldo de Aragón y varios diarios y revistas más, novelista de éxito, galardonado poeta, (su última obra, premio internacional de poesía Verón Gormaz “Blues de los bajos fondos” es un libro impactante y renovador) y generoso donante de amistad. Sus novelas, numerosas, ( La Saga de los Pirineos, La Dama Cautiva de Jaca, El Monstruo del Espejo...) le colocan en un puesto preeminente de la narrativa española actual. De “La Dama Cautiva” extraemos esta curiosa cuarteta.

(Publicado en Heraldo de Aragón 11.07.10)

viernes, 2 de julio de 2010






Hace unos días reencontré a Pilar Torreblanca. Fue con ocasión de ver la ópera "La dama de picas" de Tchaikowsky, en transmisión directa desde el Liceo.(Que por cierto resultó fallida por causas técnicas). Le recordé un "Rincón" que le dediqué hace años ( recogido también el el libro "Rincón de Coplas, 2ª Ed, pág. 143) y que vuelvo a publicar en el blog como sencillo homenaje a la gran soprano aragonesa a quien tanto y tantos queremos.

Pilar Torreblanca es una gran intérprete aragonesa de ópera y lied, discípula de Alfredo Kraus, Montserrat Caballé, Renata Scotto y Giuseppe Di Stéfano. Ha actuado en escenarios de los EEUU, Alemania, Inglaterra, Canadá e Italia. Además es una persona sencilla, como los verdaderamente grandes y, como aragonesa, tesonera y con clase. Su voz de plata no renuncia, en ocasiones privadas muy señaladas, al canto de nuestra jota, que enaltece hasta la emoción lírica. Tuvimos, no hace mucho, la dicha de escucharle esta “olivera” recogida en el cancionero de Mingote.


Anda y dile al Santo Cristo
pulida magallonera
que cuando me llame al cielo
me canten esta olivera.


( Publicado en Heraldo de Aragón, 8 agosto 2004)