sábado, 30 de marzo de 2024

Rincón de la copla XXIII Anivº. Marzo 2024.

Siempre a la orilla del Ebro

me acerco para soñar

montañas llenas de nieve,

llanuras llenas de pan.

 

El uso y aprovechamiento del agua ha sido un tema recurrente en las reivindicaciones de Aragón. Los secanos aragoneses tienen sed y algunos pueblos, incluso muy cercanos al Ebro, ya no recuerdan desde cuando son abastecidos, cuando la sequía aprieta, con camiones cisterna. Desde fuera se nos acusa de insolidarios y hubo quien nos describió aferrados a un botijo, como símbolo de nuestra postura egoísta con el reparto del agua. Es muy fácil hacer demagogia y también lo es observar los problemas sobre el terreno. Los aragoneses no somos tacaños, sino austeros, que son cosas muy distintas.Y aunque seamos pocos no nos gusta que se nos ningunee. Hay capacidad, si la determinación acompaña, para hacer valer y defender los derechos de los más desfavorecidos.


 

Para cabezudo el Ebro

para gigante, el Pilar:

este porque toca el cielo,

aquél por irse hacia el mar...

Hay unos cuantas referencias que salpican muchas de las letras o cantas de las jotas aragonesas. Son motivos que se repiten porque constituyen señas de identidad. Tales son la Virgen del Pilar o su templo, El Pilar, que inevitablemente se asocia con el Ebro, el río más largo de España, con novecientos diez kilómetros de recorrido y que parece ser que surgió hace muchos millones de años por las causas que el lector curioso podrá ampliar en diversas fuentes. Pero en la ribera navarra y aragonesa es especialmente querido y desde luego en Aragón, junto con el Pilar, emblema que nos significa y al que, junto a los Pirineos y al Moncayo, extremos de nuestro territorio, dedicamos apasionadas y bellas jotas. Hoy rescatamos una de nuestros cancioneros.



La jota es canto, coraje,

emoción, brío, grandeza,

sentimiento, corazón,

oración y fortaleza.

Y qué verdad es que nuestra querida jota aragonesa, tan cosmopolita y arraigada, tan hermosamente cantada y bailada, desde sus inicios populares, que son su raíz permanente, creció, se expandió por Europa y América y ha merecido la atención de los más famosos compositores, que la llevaron a sus partituras extendiendo su fama por todo el mundo. La jota aragonesa bailada también por famosos ballets, presente y aclamada en la zarzuela, nuestro género lírico genuino, grande en su diversidad, es la criatura musical aragonesa más señalada, a la que debemos mantener joven y bella y amarla como nuestro más importante patrimonio musical. Y también alimentarla para que crezca sana con nuevas generaciones que hagan de ella motivo de orgullo.

 

 En nuestra Semana Santa

se hace plegaria la jota

y entre cirios y tambores

reza también Zaragoza.

Hoy, Domingo de Ramos, es el inicio de la Semana Santa. Son días de recogimiento o vacación según las creencias o criterios que libremente tenemos los ciudadanos de este país, pero es innegable la transcendencia que en la vida de las ciudades tienen las conmemoraciones propias de estas fechas en forma de desfiles procesionales con hermosas y valiosas imágenes paseadas con devoción por las diversas cofradías. En Zaragoza, además, hay varias de ellas que han adoptado la jota a modo de plegaria. La de El Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora fue la precursora y ahora se unen varias, entre ellas la de Nuestra Señora de la Piedad y, cada vez más, se canta con devoción tal y como se hace por tierras del sur con las saetas.

 

Soy poesía y te canto

con la voz y la palabra,

que la copla es mi canción

y mi poema del alma.

Hoy se acaba la Semana Santa y el regreso a la normalidad se produce tras la agitación devocional o viajera de estos días pasados. ¿Quién se acuerda ya de la pandemia? Ahora además de reincorporarnos al trabajo, tenemos cada vez más cerca el horizonte de las vacaciones de verano. Es hermosa la vida cuando hay salud, paz, ilusion y prosperidad para todos. Pero no podemos alejarnos del dolor y las guerras, del sufrimiento de tantos y procurar ser solidarios y sobre todo valorar la paz y cuidarla. Estamos hace tiempo muy excitados por diversas causas y, sin que sirvan estas líneas de "sermón de Pascua", hacemos votos por la concordia y convivencia. La poesía "de líneas claras",como dice Luis Alberto de Cuenca, también puede ayudar, y mucho, a ello.

 

(Heraldo de Aragón, 3,10,17,24,31 marzo 2024)





























lunes, 4 de marzo de 2024

Manuel M. Forega reseña "20+1 Poemas"

 



 En su obra "El viaje exterior. Ensayos censores V" (Pregunta, 2021), el ensayista, crítico y poeta Manuel Martínez-Forega recoge el texto de presentación del poemario "20+1. Poemas", cuyo texto íntegro se publica a continuación.

                                                        20 + 1 POEMASi

Ortega y Gasset titula «La aparición del otro» una de las lecciones que recoge en El hombre y la gente. En algunas cuestiones vitales soy adepto a Ortega; por ejemplo, en ésta, que aborda el problema del otro ser humano frente al Yo. Y lo aborda, en efecto, como un «problema», como un conflicto. No es la primera vez que manifiesto esta circunstancia ya clásica de las exégesis críticas literarias (que, por otra parte, proceden de Nietzsche y nadie lo dice). Me refiero a ese concepto de la «otredad», de vasta difusión entre la crítica a partir de los sesenta y cuya génesis (además de Nietzsche, repito) encuentra fundamento en el Je est un autre de Rimbaud o en el más cercano Viver è ser outro de Pessoa. Prefiero yo llamarlo esquizofrenia porque, aun siendo un término metonímico, refleja mejor lo que no sólo al escritor le sucede permanentemente en su vida; no sólo al escritor, digo, sino a cualquier individuo y cualquiera que sea su tarea en la vida.

¿Y por qué este preámbulo? Pues porque no me resisto a incluir la poesía de Miguel Ángel Yusta en ese contexto esquizoidal y porque a Yusta, como poeta que es, le afecta de manera más profunda. Tampoco me resisto a hablar de una existencia otra: la que fija la etimología como ex-ister. Y es que, en efecto, existir significa propiamente «salir», «brotar», «surgir» y no lo que la arbitrariedad terminológica quiso y pudo, a lo que parece asignar allá por los años 20 del siglo XX como el modo de ser del hombre, de manera que hoy «existir» y «existencia» designan un carácter, una forma de comportarse el hombre en la sociedad. Sin embargo, es precisamente «vivir» (que es lo contrario a existir) lo que otorga carácter verdadero al ser humano. Y ese ser humano, querámoslo o no, es siempre Yo, con mayúscula; es decir, el yo que es cada cual.

He llegado hasta aquí para advertir ahora de inmediato que muy pocos tan radicalmente Yo, muy pocos tan radicalmente vivos en ese Yo como Miguel Ángel Yusta. Estos 20 + 1 ponen de manifiesto lo que digo porque representan un mosaico (corto, bien es cierto) de su recorrido por la vida extraído de once de sus títulos monográficos. Y no sólo por la vida, sino por la realidad radical que la rodea. Frente a esta radicalidad, Yusta no opondrá un yo estático, ese que proclama Descartes en su célebre autorretrato: Moi qui ne suis qu’une chose qui pense, sino que lo hará a partir del bien fundado axioma de otro galo inteligente: Nous ne pensons jamais que ce que nous pensons cache ce que nous sommes. Este «jamás pensamos que lo que pensamos oculta lo que somos» rubricado por Valéry es lo que a la postre pone en marcha todo el mecanismo revelador del Yo para mostrarse vivo frente al Otro. Y ese Otro no es sólo nosotros, receptores del desenmascaramiento del poeta en sus versos; ese Otro es también el propio poeta que sale de sí mismo (es decir, que existe de sí mismo) y se autorretrata en sus poemas, tal cual lo evidencia en ese «Quejido ronco de tambores», una silva asonantada en la que su «figura evanescente», como larva, le hace vagar sin sentido. Es ahí, en ese espagat doloroso entre lo que se es y lo que existe (lo repito: entre lo que se vive y lo que surge de súbito, aparece, o se muestra acaso como una phantasma, como diría Juan Rufo) donde tiene lugar la tensión de un Yo en conflicto. Miguel Ángel Yusta ha querido mostrarnos en este libro unas cuantas pinceladas de su vida en sus también diversas circunstancias, pero seríamos muy ingenuos si pensáramos que esta muestra es su vida misma. No, no es así porque, a pesar de que la vida sea la causa de la movilización estética, estamos hablando de literatura o, lo que es lo mismo, de un embaimiento que trata de superar lo que precisamente el vitalismo llamaba «habitualidad», lugar donde se inscribe la vida como realidad radical del cada uno de los Yoes. Para escapar y trascender esa habitualidad Miguel ángel Yusta se va a París, a su amado París, muy amado, desde luego, por cuanto, como descriptor de su fisonomía divina y humana, le dedica tres textos iconográficos, el 15 % del total de esos casi 20 poemas de amor y una copla casi desesperada. Porque, efectivamente, otra vez huye Yusta de la habitualidad enamorándose, o haciendo que el amor transite por el más allá del más acá que es su realidad habitual. Para abandonar la habitualidad Miguel Ángel Yusta echa mano de la memoria, vuelve casi al útero adoptando la posición natural del neonato; para huir de la habitualidad recoge en frasquitos esenciales la suma de las horas vividas durante su paso por el tiempo. Vemos cómo, por ejemplo, en el poema «El Sena» este prosopopéyico río «Por la noche... parece un inmenso gusano dormido» que «gira sobre sí mismo tantas veces porque quizá no quiera marcharse de París». La acentuación simétrica del soneto «Quisiera ser el amo de tu sueño» se rinde a la armonía de los corazones enamorados con una entrega incondicional, mientras que el poema «Introito» alberga ese anhelo más que rilkeano de regreso a la infancia; diríamos mejor que alberga un deseo de incisión en el plano temporal cuyo vector es naturalmente la memoria. No es el único poema que profundiza en ese asunto central de —me atrevo a decir— toda la literatura universal; «Han pasado los días» es otro texto que trata de redimir el tiempo en la actualización recordatoria de los muertos más queridos. Por fin, sí, el escepticismo desalentador del poeta herido y restañado aparece en aquella copla que citaba y que alude a este plural indefinido, pero plural mayustático: «Dicen amor y es deseo, / dicen te quiero y es nada, / dicen demasiadas veces / palabras, sólo palabras. //»

Sostuvo siempre Ortega y Gasset que la poesía es un modo del conocimiento, o, dicho con otras palabras, que lo dicho por la poesía es verdad. Así como dije al principio estar de acuerdo con Ortega en algunas cuestiones vitales, como la del conflicto del Yo frente al Otro, no lo estoy en ésta que acabo de citar. La poesía, aunque sea un modo de conocimiento, no necesariamente es verdad; más bien aspira a la verdad y, en esta aspiración, la poesía sería verosímil; es decir: un símil de la verdad, algo parecido a la verdad. Lo dicho sirve para ese lado al que Yusta también se inclina en sus versos: el lado de la reflexión descriptiva, el lado de la absorción conceptual. Pero esto no es malo, ni mucho menos. Es, sencillamente, distinto a lo ideal sin que por ello estos caracteres estéticos dejen de ser aspirantes a una verdad modélica desde el punto de vista de la poesía como fiel reflejo de la vida. Diríamos que este otro talante se adhiere a la filosofía crítica respecto a la manifestación de un desacuerdo con la vida convencional, crítica que el poeta se ve impelido a hacer de vez en cuando para que su inexorable soledad la juzgue. Así, por ejemplo, en estos versos: «Después vendrá el silencio de lo oscuro, / se perderán caminos en la noche. / Se borrará tu huella / y yo me quedaré deshabitado. / Solo. //»

El valor a veces narrativo de Miguel Ángel Yusta radica en su dominio para la creación de atmósferas, para la definición de ámbitos; posee la seguridad de quien deja en suspenso la importancia de lo conocido para trascender por medio de sus versos este límite y alcanzar lo que ha de conocerse, lo que nos es dado conocer. Cualquier otro camino que pudiera tomarse, indicador consciente del fracaso, conduciría a la neurosis. La palabra de Yusta no es neurótica; la palabra de Yusta no es oblicua, sino que ha calculado la trascendencia de su gesto hasta hacerse cargo (porque su verbo fue primero humano) de que su prosecución poética debía señalarnos aquel límite: lo que nos es dado conocer. Nosotros, lectores, desde ese mismo momento sabemos que es así y, además de constatarlo, admiramos que así sea.

¿Y qué es lo que evidencia ese gesto? Pues lo que sucede a veces —sólo a veces—: la naturaleza se sirve de un mediador: lo elige de entre muchos con rigurosos criterios de selección para rendirle pleitesía mediante el tamiz del ser; es decir, a través de aquello que constituye la esencialidad de la mirada que se echa sobre lo que se mira y cuyo relato reúne los factores que determinan su hermosura: la emoción distintiva, la resolución diversa de una misma realidad para trascenderla, algo, en fin, que une muy íntimamente a Yusta con su poesía: la lírica que se presenta en imagen bien definida y halla marco precioso en su palabra. Leamos: «Una gota traza un suave camino, / sin contacto posible, hacia mi mano. / Mis dedos han dejado / que se convierta en luz. //» Y también: «Existe un mar sin brumas ni tinieblas, / vacío de memoria, /donde las olas cantan el olvido. //»

Es verdad que en los pocos textos de esta antología apenas puede vislumbrarse una vida atendida por la palabra y, en consecuencia, la recomendación que, como censor hoy aquí, me permito hacer es que su diversidad morfológica presenta sólo registros formales; sin embargo, difumina el carácter, el hondo arriate del que la poesía de Yusta se sirve para caminar por los corazones como lo hace la lluvia cuando se precipita en los hontanares. Disponemos con ello de un perfil grueso, pero se nos hurtan las sutilezas de los rasgos definidores de su belleza.

Toda la hermosura de la poesía de Miguel Ángel Yusta hay que conocerla a través de aquellos títulos de donde se ha extraído éste de hoy y yo, como lector de su Ayer fue sombra, de El camino de tu nombre, de Amar y callar, de Silencio y luz y otros tantos, quiero constatarlo.

Recibí de un amigo el miércoles pasado un libro de poemas titulado El arte de los sueños. Y «todo el mundo sabe —nos advertía Gérard de Nerval— que en los sueños nunca se ve el sol». «En las horas de las largas noches / durmió el poema hasta llegar la aurora», nos dice Yusta; y en otro poema, refiriéndose a sus obras incompletas, añade que «esperan algún día la luz renovadora, la magia que las toque y las despierte».

Concluiré con Antonio Machado: «Tras el vivir y el soñar, / está lo que más importa: / despertar.»

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i Texto de presentación de 20 + 1 poemas (Toledo, Lastura, 2013) de Miguel Ángel Yusta (Zaragoza, fórum de la FNAC, 21 de febrero de 2014).

jueves, 1 de febrero de 2024

Rincón de la copla. XXIII Aniversario. Febrero 2024

 Sembramos las esperanzas

en nuestra tierra desierta

y se secan al regarlas

sólo con fe y con paciencia.

 Parece ser que los aagoneses, noblotes y confiados (pero pocos) tenemos que estar permanentemente en guardia porque, a base de ser buenos vecinos, pacíficos, solidarios y pacientes pues nos van dando zurriagazos periódicamente. El último (ya saben, por las noticias-sonda que se van publicando y conociendo) con nocturnidad, alevosía y, eso sí, palabras de muy insegura interpretación y polivalentes, porque hoy significan una cosa y mañana otra que puede ser perfectamente la contraria. Son los tiempos del todo vale y eso, de verdad, va mal con el carácter de acá y peor con la paciencia de cientos de agricultores que esperan hace años el agua que les redima. Queda dicho con elegancia, dignidad y sin follones. O sea, como aragoneses. Y con copla de jota.

 

 Si se marcha nuestra gente

y no cuidamos del agua

al final transvasaremos

pobreza y desesperanza.

Desde hace décadas existe en determinadas zonas de nuestra Comunidad y ciertas provincias de comunidades vecinas un grave problema de despoblación que ya fue diagnosticado pero que sigue sin un tratamiento eficaz ya que, hablando en términos sanitarios, o las medicinas son muy costosas o hay otros pacientes que tienen prioridad, dada su importancia, para recibir ese eficaz remedio. En medicina esto se llama "mala praxis" y es un término que se usa para referirse a la responsabilidad profesional por los tratamientos realizados con negligencia y que causan daños al paciente. Deberían pensar muy seriamente quienes tienen responsabilidades muy elevadas si los "tratamientos" se estan aplicando con equidad y justicia, de modo que todos puedan beneficiarse.

 

Con trabajo, fe y constancia

sembramos en nuestros surcos

mas si no tenemos agua

nunca veremos los frutos.

El amor a la tierra que te vio nacer, a su entorno y a sus gentes, a los lugares donde creciste y tal vez amaste por primera vez, es un sentimiento nobilísimo y loable. También lo es el saber compartir las alegrías y las tristezas y ser generoso con quien menos recursos tiene. Los mayores – y digo los que rondamos los ochenta por arriba o por abajo- llevamos muchas décadas con la misma "copla del agua", y como vamos quedando pocos, tenemos la obligación moral de informar y formar a quienes llegan detrás y que, en general, lo han tenido más fácil, aunque cada generación tiene sus propios retos y problemas. Sí que les invitamos a salir de las pantallas de vez en cuando, mirar a su alrededor y aprender a amar nuestros paisajes.


Cuando te escucho cantar

me duele el alma, jotero,

pues es un grito tu jota

lleno de sed y desierto.

No cabe duda alguna de que la Jota Aragonesa (próxima a ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) es un tesoro que debemos conocer a fondo, proteger y cuidar sin que por ello impidamos, sino todo lo contrario, sus necesarios crecimiento y desarrollo. Las coplas de la jota, las cantas, son muchas veces la constatación de hechos que son de gran importancia y que en tiempos eran así glosados para conocimiento del oyente, que en la época no contaba con los medios de comunicación y difusión que hoy existen. Pero hoy la jota, su copla, puede tener también un fin difusor y reivindicativo que expanda sentimientos, llegando como una flecha al corazón del oyente. Es una más de las muchas funciones que la jota -música y letra- debe seguir teniendo.


Heraldo de Aragón 4,11,18,25 febrero 2024.
























viernes, 26 de enero de 2024

jueves, 18 de enero de 2024

Rincón de coplas. XXIII Aniversario. Enero 2024

 

Veintidós años cumplimos

en el Rincón este enero

y el veintitrés iniciamos

esperando vuestro asenso.

 

En efecto, este Rincón comenzó a publicarse semanalmente al comenzar el año 2002, siendo director de HERALDO el profesor Guillermo Fatás, aunque desde los años ochenta del pasado siglo publicábamos coplas en secciones de actualidad y sobre todo -como actualmente- con motivo de las Fiestas del Pilar. Mucho tiempo ha pasado y es bueno pensar que la copla, estrofa española clásica y popular, tiene larga vida también como letra de nuestra jota aragonesa en su forma de cuarteta octosilábica, preferentemente asonantada y desdoblada en el cante en siete versos. Animamos una vez más a cantadores y cantadoras a adoptar también nuevas cantas y mantener nuestra querida jota viva y lozana. Y, por favor, citad también a los letristas...


La tierra oculta misterios

y perlas oculta el mar

y tú, que tanto me quieres,

también lo "quiés" ocultar

El pasado 18 de diciembre falleció a los setenta y nueve años la cantadora de jota María del Pilar Bueno Medina, conocida como Pilarín Bueno. Jotera de grandes cualidades recibió al principio de su carrera clases de José Esteso y ya en 1960, con dieciséis años, obtuvo el primer premio del Certamen Oficial de Jota, iniciando así una larga y exitosa carrera. Cantadora de voz con bello timbre que modulaba a la perfección, comentaba -cuántas veces lo hemos defendido- que la jota hay que decirla, no gritarla, cosa que los cantadores de hoy en día comparten casi en su totalidad, matizando así las cantas. Publicamos una de sus jotas al par que le dedicamos este detalle de recuerdo y cariño. Descanse en paz y reciba nuestro pequeño homenaje.


En amor, los corazones,

no importa qué lejos queden,

pues hay un lazo invisible

que muy juntos los mantiene.

Con las nuevas tecnologías y fundamentalmente las Redes Sociales, la comunicación entre grandes distancias que hace pocos años era un caro lujo, se ha puesto al alcance de todos. Es exponencial el crecimiento y, bien utilizada la herramienta, no cabe duda de que permite algo tan importante como la conexión, bien sea profesional, de amistad o incluso a veces, como vemos en las noticias, relaciones sentimentales que, tras un inicio en la distancia, llegan a buen puerto. Y es que el amor no tiene fronteras y menos ahora que estamos tan comunicados. Claro que demasiadas veces,cuando llega el conocimiento real, las cosas no transcurren por los cauces previstos en la virtualidad. Ventajas -e inconvenientes- de estas nuevas y arrolladoras tecnologías.


Vecinos de Zaragoza

no dejéis de ir a La Seo

tras las jotas y el roscón

para ver a San Valero.

Mañana se celebra la festividad de San Valero, patrono de Zaragoza, rosconero y ventolero como se suele decir, aunque con esto del cambio climático igual terminamos celebrándolo en camiseta o comiendo el roscón helado. Obispo de Zaragoza mediado el siglo III por aclamación popular, fue victima de persecución junto con San Vicente patrón de Huesca y desterrado, muriendo en el año 315 en Enate. Además de su relicario en La Seo, hay en la puerta principal del Ayuntamiento zaragozano una estatua suya, junto a la del Ángel Custodio, obra del escultor aragonés natural de la turolense Crivillén, Pablo Serrano. Invitamos a nuestros paisanos a visitar La Seo y además de ver las reliquias del Santo, apreciar todo ese gran tesoro que tenemos en Zaragoza.


(Heraldo de Aragón, 7,14,21,28  ene 2024)

Rincón de coplas XXII Aniversario. Diciembre 2023

 

La sirena de la mar

Es una moza gallarda

Que por una maldición

La tiene Dios en el agua.

El escritor y periodista Juan Domingez Lasierra, reconocido por su extensa obra literaria y por su dedicación especial a temas aragoneses, publicó allá por 2009 un precioso libro, "Aragón legendario" (Eds.Delsan) en el que recoge, en quince capítulos, ciento ochenta y cinco leyendas si bien, como señala en el prólogo, el tema es casi infinito. Durante muchos años se publicaron algunas de estas leyendas en HERALDO, aunque el autor, paciente y constante en su ingente trabajo, fue añadiendo posteriormente algunas más. Es recomendable un repaso a esa publicación donde el lector encontrará satisfacción a su curiosodad y esparcimiento seguro. En el capítulo VI y apartado "para un bestiario fantástico", recoge esta curiosa copla popular de Teruel...


Con melocotón de Fraga

y buen vino de Lalueza,

ternasco de sariñena,

no me duele la cabeza.

Rafael Andolz (Jaca 1926-Huesca 1998) sacerdote, escritor y filólogo con numerosas obras -entre ellas el diccionario Aragonés en 1977- publicó en 1996 "Más humor aragonés" (Mira Edts.) un interesante y jugoso libro en el que recoge en tono humorístico y casi siempre en coplas, dichos , bromas, apodos y sentencias populares anotados en años de viajes y conversaciones por nuestra geografía y, según sus propias palabras, pide anticipadamente perdón a quien pudiera ofenderse: "No os enfadéis conmigo, si acaso con los el pueblo de al lado y llamarlos lo que vosotros sabéis". Documento de una época que casi es historia, este es un interesante texto para conocer y valorar más las muchas peculiaridades de nuestras gentes y nuestra querida tierra aragonesa.


Esta grabado tu nombre

en un chopo junto al Ebro;

el cierzo canta en sus hojas,

yo lo acaricio en mis sueños.

 Nuestra jota aragonesa sigue su camino, necesariamente lento pero imparable, para ser proclamada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Muchas personas y su trabajo están haciendo realidad un sueño largo tiempo acariciado. Músicos, cantadores bailadores, ellos y ellas han sido y son, junto a investigadores y letristas de las cantas (a veces tan olvidados), quienes día a día han construído el edificio de nuestra primera manifestación folclórica. Desde aquí animamos, como siempre, a seguir trabajando apoyados en la tradición, pero sin renunciar a la renovación y el progreso que debe mantener joven y viva la jota. Hoy os brindo una copla mía, ya publicada hace años, en la que se compagina el amor y la referencia a nuestra tierra


La Navidad es amor,

canto, alegría y solaz:

que se imponga la cordura

y dejad las armas ya.

Dicen que no es mala la soledad si uno se hace amigo de ella, pero tampoco es malo colaborar para que pierda esa fama que a veces la acompaña. Hoy es Nochebuena y se celebra y comparte con el natural y acostumbrado bullicio familiar, tras las compras compulsivas, los atascos interminables y la actividad febril en las cocinas. Pero también esta noche nos acordaremos de quienes ya no están y también de quienes las viven en obligada soledad y de cuantos en estos días están en situaciones de dificultad por enfermedades, guerras y otras calamidades. Es bueno participar, también, la felicidad que se nos da y desearla para todos. No es bonito todo lo que nos rodea y hoy esta copla es un grito contra la sinrazón y una llamada a la cordura.

Feliz Navidad...

 

 Se termina el veintitrés

el veinticuatro comienza

feliz Año Nuevo, amigos,

y que terminen las guerras.

Esta noche es Nochevieja, ese momento en que, tras habernos deseado machaconamente paz, amor y felicidad durante varios días, nos preparamos a cambiar de año, bien saliendo a las cenas y cotillones de distinto nivel que se preparan o quedándonos en casa, frente a un televisor reiterativo de banalidades que se repiten año tras año durante toda una vida que llevamos ya comiendo las uvas. Pero ánimo, queridos lectores, que este nuevo año será el de la paz y la fraternidad mundiales. Todos los años decimos lo mismo, así que a ver si éste se hace realiad ese deseo.Ya veremos...Mientras tanto, paciencia, no se atraganten con las uvas ni con las emisiones televisivas y, de corazón, mi deseo de que tengan salud y alegría en este año que va a comenzar.


(Heraldo de Aragón, 3,10,17,24,31 dic.2023)




















Rincón de coplas XXII Aniversario. Noviembre 2023

 Si jotas de amor te canto,

escúchalas con amor,

que también la jota sabe

arrullar el corazón.

Llega, como de puntillas y en silencio, este noviembre que tiene su refrán, más bien perorativo, como diciéndole que pase rápido por ser muy oscuro y aburrido: "Dichoso mes / que empieza en Todos los Santos / y acaba con San Andrés". Naturalmente ese "dichoso" se aplica en las acepciones de la RAE como desventurado, malhadado, enfadoso, molesto... Y es que entre visitas a cementerios, evocaciones y lecturas de las andanzas del inmortal, don Juan Tenorio (el pobre arrinconado últimamente por las modas del jalogüin) el cambio de hora y los temores fundados al rodillo consumista navideño hacen especialmente largo este "dichoso" mes. Por eso vamos a empezarlo con una optimista y lírica copla de jota premiada en un lejano y desaparecido concurso.

 

 La ronda trajo una copla

en una noche de viento.

Besó tu cara encendida

y se marchó con el cierzo.

Seguimos en este noviembre publicando coplas que nos gustaría escuchar en la voz de los estupendos cantadores y cantadoras que mantienen viva la querida jota, cada vez más apreciada y considerada por su carácter cosmopolita y su historia, tan rica y variada que la hacen singular y única entre las diversas manifestaciones folclóricas que enriquecen esta España que nos une, nos alegra, nos duele a veces y otras nos reconforta. Bella es la jota, bello su baile y canto y es preciso, dentro del respeto a la tradición, que su actualización, sobre todo y fundamentalmente en las letras de sus cantas, sea vehículo de transmisión de nuevos modelos a las jovenes generaciones que a ella se acercan. Ánimo, joteros, y a caminar "entabant" sin miedo.

 

 No me importa si está nublo

o si hace frío o calor

porque desde que me quieres

eres mi luz y mi sol.

La cuarteta es la letra de nuestra jota. Con ella músicos, bailadores y cantadores conectan también con el público. Muchas se han recogido en cancioneros varios y otras siguen navegando libres en la voz y música joteras. La copla admite muchos mensajes: de amor, de reivindicación, de fiesta, de la tierra y el paisaje, de actualidad o sucesos famosos...todo cabe en nuestra estrofa y por fortuna sigue viva y actual gracias en gran medida al cobijo que ha tenido especialmente en nuestro HERALDO, que en sus 128 años ha acogido siempre con preferencia a la jota y a sus protagonistas, entre ellos a los muy diversos escritores de coplas. Como ejemplo, recogidas en la hemeroteca, pasan de mil trescientas las publicadas en los últimos cuarenta años.


Dejé un día tus quereres

en el pozo del olvido

pero tú los rescataste

con la fuerza del cariño.

La cuarteta, como la soleá, la seguidilla son, entre otras estrofas populares españolas, poemas de hondo calado si son escritos por poetas. Amplia muestra de ello la tenemos en autores como Alberti, Cernuda, Gerardo Diego, García Lorca, I.M.Gil, Guinda, Machado y tantos otros. Es por ello útil valorar estas estrofas que, en el caso de la cuarteta, constituten la letra de la jota aragonesa. Recogidas están en diversas antologías modélicas coplas que dignifican y ennoblecen nuestro genuino canto regional y si bien es lógico y admisible que temas propios de la jota se sigan cantando cuando tienen calidad poética, sería bueno también que en las letras se procurase la mayor calidad literaria para no confundir lo popular con lo populachero o chabacano.