Dices
que no te hago coplas
pero
no hay necesidad,
porque
tú misma eres verso
que
siempre quiero cantar.
Coplas de amor,
coplas que se cantan -o mejor, se dicen- con suavidad al oído de la
persona amada. La jota puede y debe ser, a la vez, canto de amor e
interpretarse con el sentimiento de una voz, perfecto instrumento,
que acaricie las notas, sin forzarlas ni gritarlas. Esa jota que
tanto gusta escuchar a media voz, cuando el ambiente se llena de
intimidad y las palabras se deslizan en el aire con la delicadeza del
vuelo de un ave. Seamos conscientes de que no todo en la jota ha de
ser "bravura" y fuerza, potencial de voz y exhibición de
adornos vocales, sino que, también, ha de penetrar hasta el interior
del oyente, canción que del alma sale y que al alma ha de llegar.
Esa es, también, la belleza de la jota cuando la música acompaña
cantas de amor...
Rincón de la copla. Mayusta.
Heraldo de Aragón, 23 noviembre 2014
Heraldo de Aragón, 23 noviembre 2014
Imagen:El alma de la guitarra. Romero de Torres
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