domingo, 13 de julio de 2014

Un beso




Un beso te di de noche
y otro más de madrugada
para que no se te olvide
lo que yo te quiero, maña.



Así de fácil, así de sencilla puede ser nuestra copla de jota, nuestra querida canta. Una aparente simplicidad que encierra todo un mundo de sentimientos y de sensaciones, ya sean amorosas, como en este caso, o de cualquier otro tipo, pero que siempre se expresan sin rodeos que retrasen una interpretación directa y la consiguiente emoción por parte del oyente. ¿Que es simple la copla de jota? Pues claro que puede serlo. Y muy compleja también. Pero en estas noches cálidas de verano apetece oír y disfrutar en la calle esta jota con toda su grandeza, aunque algunos la confundan con simplicidad. Esta copla la escuché el otro día en la ronda de un pueblo aragonés en fiestas. Que siga la ronda y que suene bella la jota, para ellos y para ellas.

Heraldo de Aragón, 13.07.2014
(Imagen: Mayusta)

domingo, 6 de julio de 2014

Calle San Gil




Qué llanto de gran dolor
el que desamor derrama
por tu carita, mujer,
cuando se va quien más amas.


Hace años en Zaragoza había un ciego que, en la calle de San Gil, actualmente llamada de Don Jaime y a la altura de la pastelería Franco, hoy desaparecida, interpretaba estos y otros cantares, acompañándose a la guitarra. Hace tantos años, que yo era muy chico y aún circulaba por dicha calle, la línea de tranvía número 9, "Gállego", que acercaba a los vecinos hasta las orillas del río y en época estival se llenaba de jóvenes bañistas. Hace tantísimo tiempo que ya no hay tranvía, ni ciego coplero, ni bañistas en el Gállego ni pastelería donde cayeron bombas durante la guerra ni nadie sino algun nostálgico que recuerda semejantes hechos de la vieja Zaragoza que aún leemos en ciertas calles, en ciertas paredes que el tiempo ha preservado para el recuerdo.

(Heraldo de Aragón 6 de julio de 2014)




miércoles, 2 de julio de 2014

Copla marinera


Dadme una casa sencilla,
luminosa, junto al mar.
Donde se escuchen las olas,
solo allí quiero habitar.


Esta copla, sencilla pero llena de suave nostalgia marinera, de rumores y olor de mar, la escuché a un pescador hace poco tiempo en una pequeña taberna, de las pocas que ya van quedando, en un pueblecito del litoral levantino: Moncofa. Es un sitio tranquilo y agradable, sin discotecas ni bullicio donde, todavía, se puede disfrutar de playas tranquilas y paseos relajados a la orilla del Mediterráneo. Y traigo la copla haciendo notar, curiosamente, que ese "solo" puede ser tanto adverbio (únicamente, solamente) como adjetivo ( sin compañía). Cosicas de la Real Academia de la Lengua Española, que ahora permite no acentuar la palabra en cuestión, así que queridos lectores, interprétenlo como mejor les apetezca, que de ambas formas es bello...

(Heraldo de Aragón, 29 de junio de 2014)