Se agitan hoy muchas lenguas
con el odio y el rencor
y sembramos, ignorantes,
una eterna sinrazón.
Sentimos, desde hace tiempo, la crispación que se produce a diario en nuestro país con motivo de los problemas que nos acechan cotidianamente y que incluyen un acerbo enfrentamiento a nivel político y de calle, que lógicamente se refleja en los diversos medios de comunicación. Ayer, celebramos el Día de la Constitución. Somos gente de paz y merecemos el sosiego que no excluye una crítica positiva y un deseo de justicia para el bien de quienes, silenciosamente, vamos todos los días a nuestras labores cotidianas y queremos un país próspero y justo. Los años y la experiencia nos dictan palabras de apaciguamiento, convivencia y cariño, para que nuestros hijos y nietos tengan un país donde vivir tranquilamente sea una realidad diaria. Colaborad todos para llevarlo a cabo.
Zaragoza, yo te quiero
Cesaraugusta romana,
iberica Salduie,
mora, judía o cristiana.
Zaragoza, la multicultural, la que adorna su escudo con los títulos de Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Muy Benéfica, Siempre Heroica e Inmortal, es una ciudad que ha pasado muy diversas vicisitudes y que, en los últimos años, ha vivido un crecimiento y una transformación enormes. Claro que hay todavía muchas cosas por hacer; ya quisiéramos tener, entre otras cosas, un gran teatro nuevo y un equipo de fútbol en Primera. Uno, que a veces se pasea nostálgico, todavía recuerda el Paseo de sus años mozos, con los viejos tranvías, el andén central, los quioscos de bebidas...y los urinarios. No siempre cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque sea bello el recuerdo y debemos afrontar el futuro de nuestra querida ciudad con optimismo y resolución.
Ya sale la Lotería
de una nueva Navidad.
Norabuena al que le toque
y al que no, pues a aguantar.
Mañana es veintidós de diciembre y desde que tenemos conocimiento, aunque sea escaso y de mala calidad, recordamos en este día la cantinela de los niños de San Ildefonso cantando los premios de la Lotería de Navidad. Desde hace unos años hay una variación: el Estado se queda, de entrada, un pellizco impositivo del veinte por ciento, así que la alegría de los premiados disminuirá – de momento- en ese porcentaje. Pero no vamos a aguar la fiesta lotera con estas pequeñas disquisiciones; estén atentos a la tele o a la radio, con los numericos en la mano y que haya suerte y la alegría de un buen premio se haga realidad en el máximo de casos posible. Aunque, dicen, dinero llama a dinero, así que no siempre llegará la alegría a casa de los pobres...
Es día muy señalado
hoy, veintiocho de diciembre,
pues celebramos la fiesta
de millones de "inocentes"...
Hoy es el Día de los Inocentes, tradición cristiana que, tal vez debido a las circunstancias y evolución de nuestra sociedad, parece diluirse paulatinamente. Puede ser que el sentido del humor no esté -valga la redundancia- para bromas, o que las viejas "inocentadas" nos sucedan a diario aunque sean camufladas de recibos de luz, teléfono, subidas de impuestos o recortes en general. Lo del muñequito pegado a la espalda no tiene ya mucha vigencia. De ahí que realmente los inocentes seamos todos los ciudadanos de a pie que, con resaca de Nochebuena -y la que se prepara en Nochevieja- nos tememos lo peor para la consabida "cuesta de enero". Pues nada, amigos lectores: feliz 2026, si puede ser, y a gastar con mesura, comedimiento y sensatez.
Heraldo de Aragón: 7, 14, 21, 28 diciembre 2025