El
abanico de hueso
tiene en la clara vitela
la infantilidad del beso
sutil de una pastorela.
tiene en la clara vitela
la infantilidad del beso
sutil de una pastorela.
El profesor Javier Barreiro, publicó
ya en 2010 un interesante trabajo sobre la libertaria Lucía Sánchez
Saornil (1895-1970) de quien el 2 de junio se cumplió el
cincuentenario de su muerte. En el mismo, comenta que fue mujer de
inusitada precocidad: a los 17 años propuso una sección femenina de
exploradores, ya que no era justo que las jóvenes permaneciesen los
fines de semana recluidas en sus casas y sucias ciudades mientras los
muchachos abrazaban la Naturaleza. Fue la única mujer inscrita en el
Ultraísmo, la primera vanguardia poética española (1918) y, tras
varios lustros de lucha social, fundadora, junto a Amparo Poch y
Mercedes Comaposada, de “Mujeres Libres” (1936). De sus primeros
poemas publicados, expuestos por Barreiro, extraemos este, breve y
hermoso.
Nadie
se me ha muerto y lloro.
Tú
vistes de luto, y cantas.
Tú
llevas luto en el cuerpo,
y
yo lo llevo en el alma.
Pascuala
Perié fue una gran cantadora de jota y persona pura, legítima,
auténtica, inconfundible, en palabras de Galán Bergua. Nacida en
1901 en Nuez de Ebro, murió en 1950. Fue una de las más grandes
intérpretes de nuestro primer canto regional y, además, autora de
hermosas cantas.
Con Joaquín
Numancia, “Redondo” de Épila y otros, forma el grupo de grandes
“cantautores” de la Jota aragonesa en una época muy determinada
y especialmente notable. Tiene su calle en Zaragoza, en el barrio de
La Jota. Ella inmortalizó la famosa “olivera” de Magallón (la
“magallonera”) singular y famosa tonada que aún sigue
estremeciendo a los que la escuchan. He aquí una de las coplas que
la hicieron grande:
de
Marcilla e Isabel:
¡el
amor inmortaliza
a
los que mueren por él!
A
la Virgen del Pilar
me
fui a pedirle una gracia,
y
ya me sentí mejor
solamente
con mirarla.
(Heraldo de Aragón 5, 12, 19, 26 julio 2020)
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