Te quiero porque te quiero
y tú sabes que es verdad;
que en el amor no hay razones
porque el amor es...amar.
Son cuatro versos, treinta y dos sílabas: solamente eso: una cuarteta, una copla. Pero esta y parecidas es muy posible que rindan más de un corazón. Y es que, como decía el poeta Gabriel Celaya ya en mil novecientos cincuenta y cinco y cantó el querido Paco Ibañez unos años después, la poesía es un arma cargada de futuro, sí, pero además de futuro, su carga puede ser de esperanza, reivindicación, dolor, y sobre todo amor, que desde tiempos inmemoriales ha sido vehículo de expresión de bellos pensamientos que los amantes se dispensan. Nunca morirá la poesía amorosa, por mucho que algunas “vanguardias” la detesten. Y como necesitamos el tiempo de amar, ahí queda esa razonable sinrazón del amor, que matiza los malos momentos de la vida.
a las ocho en un `coctel´,
aunque el anfitrión no tenga
ni un libro en el anaquel.
José García Nieto (Oviedo en 1914, Madrid 2001) se trasladó a Madrid a los catorce años e inició estudios en Ciencias Exactas que abandonó para dedicarse a la literatura y el periodismo. Fue fundador y director de varias revistas literarias, presidente del Círculo de Bellas Artes, miembro de la Real Academia Española desde 1985 y autor de una amplísima obra poética reconocida con innumerables premios. Pero viene a esta Sección por un curioso documento, una hoja ciclostilada con el título "Coplas perecederas y clandestinas que, para deleite de sus amigos,compuso el autor a la entrada del año 1962". Se trata de alrededor de una veintena de coplas con las que muy probablemente el poeta hizo reir a sus buenos amigos poetas.
Un beso te di de noche
y varios de madrugada
para que no se te olvide
lo que yo te quiero, maña.
Muslo gris en seda rosa,
seda malva en muslo gris...
¡Oh, blancura de tu carne
bajo el verde del jardín!
(Heraldo de Aragón, 7,14,21,28 agosto 2022)
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