Entre tanta primavera
llega la flor del espino
para pintar de colores
los lindes de tu camino.
La copla, la cuarteta, y demás estrofas canónicas, suelen generar interés en quienes a ella se acercan, considerándolas una recomendable tarea como ejercicio poético para ejercitar el ritmo, antes de pasar al llamado "verso libre". Ha sido el caso de varios afamados escritores actuales que han aparecido en mi última antología "La copla, poema y canto" alternándose con los clásicos y modernos y que, tras la experiencia, se han aficionado a su composición, siempre con los parámetros de la calidad y la belleza poética. Esta que traemos hoy es autoría del escritor y poeta Eugenio Mateo Otto, que además de sus múltiples actividades culturales en general y literarias en particular, ha encontrado el gusto de escribir esta cuarteta. Que siga el ejemplo.
Morena, la de Longares,
ayer me robaste el alma
cuando te até en el ribazo
la cinta de la alpargata.
Hay una muy curiosa jota con una hermosa tonada,"La jota del tururú", que escuchamos hace ya unos seis años en el programa de Aragón Televisión sobre la Jota "La posada de las almas" que dirige David Marqueta, cantada por Begoña García, Javier Badules y Pilar Martín. La composición es del maestro Ramón Carnicer (Tárrega 1789-Madrid 1855), afamado compositor de ópera, director de orquesta y escritor, y hay noticia de que se interpretaba ya, como era costumbre en algunos intermedios teatrales, en el de la comedia "El mulato" en el Teatro del Liceu de Barcelona allá por 1841. Tiene varias estrofas que se refieren a localidades aragonesas (Longares, La Almunia) y, entre ellas, extraemos esta canta que inicia la serie y nos ha parecido ocurrente y bella.
Quiero levantar murallas
entre tu vida y mi vida,
pero me salen imanes:
qué mala estrella la mía.
Hace ya más de un año que nos dejó el profesor, poeta y fraternal amigo Ángel Guinda, (Zaragoza 1948- Madrid 2022) cuya trayectoria literaria estuvo entreverada de magisterio, momentos inolvidables de amistad, buen humor y generosidad desbordada, tanto con todos quienes le conocíamos bien, como con quienes estaban más alejados en su afecto. Hace unos meses, la Universidad Complutense organizó un emotivo homenaje en el que tuve el placer de participar. Muchos han sido y serán los actos que le conmemoren, pero lo verdaderamente importante es la pervivencia y actualidad de su obra literaria y poética, inmensa e intensa,que perdurará en el tiempo por su valor. He aquí una de sus coplas que alguna que otra vez cantamos juntos tras veladas inolvidables.
Tu cuerpo me sabe a luna,
a mar me sabe tu cuerpo
cuando, alocado, camino
por tus senderos abiertos.
La copla siempre sigue viva y desde tiempos inmemoriales aparece en la literatura española, bien creada por grandes escritores o recogida del acervo popular, pues se adapta a diversas expresiones y circunstancias; puede ser un bello canto de amor, un lamento, un grito o un anuncio; puede también ser reivindicativa, glosar la Naturaleza con imágenes bellas y ritmo inigualable, provocar alegría, reflexión o nostalgia, admirar o generar odios, encender pasiones o hacer derramar lágrimas. Esa es la grandeza y versatilidad de nuestra querida cuarteta: un micropoema de cuatro versos, asonantes los pares, treinta y dos sílabas, musicalidad ritmo y belleza. Nuestra copla es un universo, un tesoro de nuestra lengua que les invitamos a descubrir y disfrutar.
(Heraldo de Aragón, 7, 14, 21, 28 mayo 2023)
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