domingo, 28 de febrero de 2010





Hasta en las mejores huertas
se quedan los campos yermos.
Si resucitara Costa
¡qué le diría al gobierno!




Ernesto Tamé, me envía esta copla que publicamos hoy en el “Rincón”. Es Tamé un representante de esos poetas populares que componían coplas antaño en fiestas y celebraciones, requeridos por sus vecinos para tales efectos. Nacido en Utebo, en Las Cuatro Esquinas, el quince de abril de 1928, labrador e hijo de labrador, conserva “la fe sencilla de los abuelos”, tiene unos jóvenes ochenta y un años y una buena voz de tenor que todavía educa con esmero. Nos cuenta Ernesto anécdotas de sus estudios de canto en Madrid y Barcelona, interrumpidos por un inoportuno accidente,y su prueba en el Liceo, en cuyo escenario cantó emocionado y feliz en 1961 la Siciliana de Cavallería Rusticana, siéndole ofrecido por Pamías y Massó un año gratis de perfeccionamiento. Pero su tierra de Utebo pudo más y ahí le tenemos feliz con sus hijos, sus nietos y sus campos contemplando desde su balcón las puestas de sol y viendo, algunos días, las torres del Pilar...

(Publicado en Heraldo de Aragón 28 febrero 2010)

1 comentario:

irene dijo...

A algunos la vida les dota de mucho, a este joven de ochenta y un años de buena voz, de arte poético..., no es justo ¿o sí?, realmente nada es gratuito, hay que ganárselo.
Un beso, Miguel Ángel.