De caminar por la vida
llegué cansado y sediento
y tú con amor me diste
el albergue de tu pecho.
La jota aragonesa ha encontrado acomodo perfecto en la copla, esa estrofa que aquí pretendemos modestamente reivindicar y “lustrar” considerando también otras geografías y otras coplas, de ilustres o anónimos autores, a las que también hemos dado cabida en numerosos “Rincones”. Coplas de autores famosos o anónimos, qué más da. La copla anónima, escrita a veces por un famoso que no quiso firmarla o nacida de alguien del pueblo, se hace inmortal al asumirla el propio pueblo: es del pueblo y en él pervive, cantada o no.
Este autor-recopilador, espera que disfruten cada domingo de esta lectura que ya entra en su décimo año y que, de vez en cuando, abran estas páginas para sentir el aire fresco de una copla hermosa. Y hasta se atrevan a susurrarla al oído de un ser muy especial que, seguro, siente la caricia de los sencillos versos. Y que siempre ocurra lo que dice la copla que hoy, cercana ya una nueva primavera, encabeza estas líneas.(Publicado en Heraldo de Aragón 14.3.2010)
1 comentario:
Son entrañables las coplas.
Parece que se resiste esa cercana primavera, veremos.
Besicos, Miguel Ángel.
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