Siempre
vigente, Antonio Machado tiene en su extensa obra un amplio y hermoso
repertorio de coplas a las que impregna de su exquisita poesía. Sus
poemarios han sido
piezas clave en la formación de generaciones de
poetas en los que subyace el estilo
machadiano. Su poemario
“Soledades” fue retocado por el autor durante años, de 1903 a
1919 y es que, el poema siempre está en fase de evolución y jamás
parece
definitivamente terminado para el autor. Aportamos una copla
(Soledades LVII, Consejos
I) que tiene el suave y delicado aroma del
poeta andaluz, entreverado de su amada
Castilla. Nos maravillan esos
diminutivos que son, en sí, palabras nuevas que crecen en
significado y se empapan de ternura o nostalgia.
Moneda
que está en la mano
quizá
se deba guardar:
la
monedita del alma
se
pierde si no se da.
(Publicado en Heraldo de Aragón)
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