Remedios
del corazón
son
tus quereres, mi moza,
que
no hay mejor medicina
que
los besos de tu boca.
Ahí va hoy
una copla tradicional, una de esas cantas que se lanzan al aire sobre
todo en las recuperadas noches de ronda, esas en las que las
rondallas recorren las viejas calles de las ciudades y pueblos
aragoneses, colgando las coplas de balcones y ventanas donde se
asoman los jóvenes, y menos jóvenes, para verlos pasar. Tradiciones
que se van recuperando lentamente y que constituyen un importante
equipaje cultural que estuvo a punto de perderse hace unos años. La
juventud debe aprender a amar la jota y, para ello, debemos hacérsela
llegar joven y renovada, que la tradición no tiene por qué estar
reñida jamás con la necesaria y conveniente evolución, tanto en el
canto como en el baile, dejando paso a la calidad creativa que
atraiga a las nuevas generaciones.
Heraldo de Aragón 26 de marzo de 2017
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