Era
tímido y pequeño
marchó
con la luz postrera;
apagó
sus ojos verdes
y
trajo la Primavera.
Esta
copla la inspiró un pequeño felino; un gato doméstico abandonado
en un garage de nuestra ciudad a quien una amiga recogió, cuidó con
cariño y esmero, pero que no pudo superar sus lesiones orgánicas,
no lográndose, a pesar de los cuidados veterinarios, evitar su
muerte a las puertas de la primavera. Le puso de nombre Orestes, como
el título de la ópera de Händel... Es, tal vez, una historia
menor, una pequeña anécdota que se diluye entre el torbellino de
grandes noticias y acontecimientos que llenan nuestros días. Pero
precisamente por eso, por su sencillez, la destaco aquí como una
bonita historia de amor a nuestros pequeños compañeros, esas
mascotas que entibiecen soledades y nos ofrecen su cariño. Con
cariño, también, le dedico a Orestes esta sencilla copla.
Heraldo de Aragón, 18 de junio de 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario