Esfuerzos y sufrimientos
han merecido la pena
porque nuestro Zaragoza
es otra vez de Primera.



El Real Zaragoza ha vuelto a Primera División. Este hecho no es tan banal como pudiera parecer a los no aficionados al balompié, sino todo lo contrario: tener nuestra ciudad un equipo de fútbol en la más alta categoría significa prestigio, popularidad, imagen y muchos millones de euros a repartir entre el comercio y la hostelería de Zaragoza. Alegrémonos pues de este ascenso sufrido y apoyado por los entusiastas aficionados que, jornada tras jornada, han seguido al equipo de nuestros amores, alegrías y sinsabores. Ahora, seguro que vienen nuevos tiempos de ajustes, discusiones, fichajes y dimisiones, de polémicas y seguras alegrías: así es el fútbol, espectáculo de masas y pasión de gentes de toda condición.Hoy brindo esta copla circunstancial a mi buen amigo José Luis Melero, zaragocista hasta la médula, consejero de la entidad zaragocista y, entre muchísimas otras cosas, buena persona. Ha sufrido lo suyo y hora es de que se relaje...de momento.

(Publicado en Heraldo de Aragón 28.6.09)