Como la higuera eres.
Como la higuera vieja.
Y paso, y me saludan
silencio y hojas secas.
Como la higuera vieja.
Y paso, y me saludan
silencio y hojas secas.
Miguel Hernández, nos sigue estremeciendo con sus versos llenos de un lirismo muy especial, de dolor y sangre, de impotencia ante la derrota , pero también de serenas esperanzas que no pudo, por desgracia, ver cumplidas. Todos conocemos su obra y deberíamos acercarnos a ella con frecuencia para no olvidar que la poesía es, muchas veces, un acto de sacrificio y servicio. Hace unas semanas, un grupo de poetas estuvimos visitando, emocionados, su casa natal en Orihuela. Allí, en el huerto y junto a la higuera, recitamos sus versos, hicimos fotos, miramos desde su ventana el patio que él veía y acariciamos los modestos objetos que le rodearon. Orihuela es hoy una próspera población donde es venerado casi por todos el recuerdo del inmortal poeta.
(Por Mayusta. Publicado en Heraldo de Aragón el domingo 7 de julio de 2013)
Imagen: Laura G. Recas.
Gracias a José Miguel Arranz, organizador y alma de este emotivo "Encuentro".
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