La
luz de tus ojos, niña
es
la guía de mi vida;
no
me los apagues nunca
que
sin ella moriría.
Ya
hace días que nos hemos olvidado de los tradicionales festejos de la
Navidad y Año Nuevo. Enero nos presenta su aspecto más crudo y,
mediado ya, recorremos la cuesta famosa entre rebajas, frío y
cansancio general. A ver si este año, de verdad, la crisis va
remitiendo, se crean miles de puestos de trabajo (o millones), la
bolsa sube, hay mejor reparto de la riqueza y todo el mundo es
feliz. Como eso parece un planteamiento un tanto utópico, nos
refugiaremos en diversas lecturas y, cómo no, en la poesía buena,
que de todo se escribe en estos tiempos de general tribulación.
Coraje, amigos lectores, y a preparar la primavera que, como todos
los años, ha de llegar puntualmente. Mientras tanto os brindo una
copla para reparar el ánimo de tanta agitación consumista.
Heraldo de Aragón, 11 de enero de 2015
Imagen: Laguna de Venecia. Mayusta
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