Una lágrima se seca
y se marchita una flor
y sin embargo la jota
nunca muere en Aragón.
Volvemos a traer a este “Rincón” a Felisa Galé Lacoma (1912-1948), novia de José Oto, el amor de su vida, e intérprete exquisita de todos los estilos de jota cantada, incluidos los de baile y rondaderas. Encontramos una pequeña publicación, “Jotas aragonesas”, de Editorial HERALDO DE ARAGÓN (Zaragoza, 1936), donde desgrana unas hermosas coplas llenas de amor por su tierra y por la jota y en las que destaca también su devoción por la Virgen del Pilar. Así rendimos un nuevo homenaje a Felisa, mujer hermosa y mito de nuestra jota, que también compuso coplas, además de interpretarlas con una musicalidad excepcional y una voz brillante que, afortunadamente, se conserva en grabaciones que figuran entre las cien mejores de nuestra jota cantada.
Me llamo Juan Panadero
Por la tierra y por el mar.
El pan que amaso es de harina
que nadie puede comprar.
Las “Coplas de Juan Panadero”, de Rafael Alberti, (Puerto de Santa María 1902- Ibidem 1999) se extienden a lo largo de casi cuarenta años. En ellas, el poeta dice, en 1979, que “Más sencilla que fácil, la voz de este Juan de la calle me hace falta y tendré siempre que recurrir a él mientras el pueblo se llame Juan y reclame ese sentido justiciero, democrático, acusador, que nunca deja de cantar en sus coplas”. El poeta se expresa en tres octosílabos las más de las veces, y destaca dichos o hechos, sentencias o pensamientos que su Juan Panadero va desgranando a lo largo y ancho de años de guerra, exilio y regreso. Es su manera de llegar al pueblo con una poesía del pueblo que dignifica y realza. Ésta es la primera copla de presentación de Juan
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son.
Y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.
Manuel Machado (Sevilla, 1874-Madrid, 1947) era hermano de Antonio y ambos, hijos de Antonio Machado Ruiz (Demófilo), folclorista, escritor y recopilador de cantes andaluces que publicó en un libro, “Cantes flamencos”, de obligada lectura para todo buen amante de la copla. Manuel como su padre es, además de autor, gran conocedor y divulgador de letras de los cantes flamencos, de esas estrofas llenas de poesía popular, humor, amor y dolor que han quedado en el imaginario colectivo. Esas coplas escritas alguna vez por alguien ilustre o aficionado y que van de boca en boca, acaban siendo propiedad del pueblo que las hace permanecer y olvidado en el anonimato queda el sufrido autor. Así lo definió Manuel Machado, precisamente, en una muy famosa.
Dentro de la Exposición,
Zaragoza es un vergel,
y el capullo más hermoso
la infanta doña Isabel.
Admirada por Sarasate, María Blasco llevó la jota, a principios del siglo pasado, a París, Bruselas y Buenos Aires, obteniendo grandes éxitos junto a Juanito Pardo, otro gran cantador. Nació en el barrio de la "Parroquia Baja" de Zaragoza (mi Parroquia) en 1888 y murió en la capital argentina en 1966. Se casó en Argentina, donde fue famosa cancionista y defensora de lo aragonés hasta el día de su muerte, y en el barrio de la Jota tiene calle que la recuerda. La Reina de la Jota se la llamó, cuando intervino en el primer centenario de los Sitios, y he aquí una copla que, entre otras varias, dedicó María a la infanta Isabel en su visita a nuestra ciudad durante los acontecimientos de 1908. La copla, como observarán ustedes, tiene su “aquél”.
El tomar siete vermuts
cosa es que a entender no alcanzo,
en quien luego llega a casa
y se atraca de garbanzos.
Es inagotable el ingenio coplero de Fernando Soteras (Mefisto) que durante veinticinco años, en el primer tercio del pasado siglo, (servidor los cumplirá en coplas, Dios mediante, en 2026) colaboró en las páginas de HERALDO con sus famosas “Coplas” donde, con su humor y capacidad de versificación inigualables, glosó acontecimientos de actualidad y cuestiones sociales construyendo un interesante mosaico sobre la sociedad de aquellos años. La perspectiva que da el tiempo transcurrido desde su publicación añade un interés histórico a estas “Coplas” que hicieron felices a nuestros abuelos y que nos hacen sonreír y reflexionar hoy sobre los hábitos y costumbres de una época que, como nadie, supo reflejar Mefisto en sus incontables colaboraciones.
(Heraldo de Aragón, 3, 10, 17, 24, 21 agosto 2025)
El tomar siete vermuts
cosa es que a entender no alcanzo,
en quien luego llega a casa
y se atraca de garbanzos.
Es inagotable el ingenio coplero de Fernando Soteras (Mefisto) que durante veinticinco años, en el primer tercio del pasado siglo, (servidor los cumplirá en coplas, Dios mediante, en 2026) colaboró en las páginas de HERALDO con sus famosas “Coplas” donde, con su humor y capacidad de versificación inigualables, glosó acontecimientos de actualidad y cuestiones sociales construyendo un interesante mosaico sobre la sociedad de aquellos años. La perspectiva que da el tiempo transcurrido desde su publicación añade un interés histórico a estas “Coplas” que hicieron felices a nuestros abuelos y que nos hacen sonreír y reflexionar hoy sobre los hábitos y costumbres de una época que, como nadie, supo reflejar Mefisto en sus incontables colaboraciones.