Dicen que no nos queremos
porque no nos ven hablar;
a tu corazón y al mío
se lo pueden preguntar.
La gran mezzosoprano
Teresa Berganza (Madrid 1933-S. Lorenzo de El Escorial 2022). Realizó
una carrera, que fue una sucesión de éxitos, en los mejores teatros
de ópera del mundo, dirigida por maestros de la talla de Von
Karajan, Solti, Metha, Abbado, Muti, especialmente con obras de
Rossini y Mozart. Su “Carmen” es antológica y perdura siempre en
el recuerdo del buen aficionado. En palabras de Alfonso Sáiz,“Teresa
Berganza es algo más que una mezzosoprano. Teresa es una manera de
ser y de sentir; un estilo palpitante, con poderoso carisma y
majestad de diosa”. La recordamos en nuestro Auditorio hace años.
Su interpretación de la Jota de las “Siete canciones españolas”
de Manuel de Falla, una de cuyas coplas reproducimos, fue antológica.
Las cuerdas de mi guitarra
de tripa dicen que son
para que yo haga, al rondarte,
de las tripas, corazón.
El escritor y periodista aragonés Luis Royo Villanova (Zaragoza 1867-Madrid 1900) hace convivir bien en sus coplas la percepción de lo aragonés y la sensibilidad literaria. Luis, miembro de una numerosa familia de intelectuales, (los Royo Villanova fueron trece hermanos) desempeñó entre otros cargos periodísticos el de redactor-jefe de Blanco y negro desde 1893, publicando numerosos artículos en la época tan difícil de la agonía colonial. Popular autor de los versos Manchas de tinta, (1886) en sus cantas supo compaginar los aspectos que destacamos al principio de estas líneas. La copla que publicamos está recogida en una página de HERALO DE ARAGÓN de 1924 que, amablemente me hizo llegar hace algún tiempo el profesor Guillermo Fatás.
Viva
Aragón y sus gentes
desde Oroel al Moncayo
que somos, dentro
de España,
un pueblo noble y honrado.
Esta copla es reciente y sale al aire como un grito en parte reivindicativo y por otro lado asertivo que, como bien se define, es palabra que refuerza y expresa una opinión de manera firme y con seguridad, respetando las ideas de los demás. Así somos los aragoneses y así nos quremos, a pesar de las discriminaciones que a veces se nos imponen y del continuo goteo de la despoblación que deseamos cese con mejora de comunicaciones y empleo, pues esta tierra que amamos merece todo el cuidado que podamos ofrecerle. Y sí, somos nobles, honrados, abnegados y pacientes, desde la raya con Francia, allá en las hermosas tierras pirenaicas hasta las sorprendentes y algo desconocidas de la Sierra de Albarracín, donde discurre el Guadalaviar y nace el Tajo.
Si mirar tus ojos, maña,
fuese pecado mortal,
prefiriera condenarme
a no poderlos mirar.
Una copla de amor, ligera y aplicable a diversas circunstancias de género o geografía con solo cambiar la palabra "maña" por "maño", "niña", "niño" o la polivalente "bellos" calificando a los ojos contemplados seguramente con arrobo por el admirador o admiradora, que tal es la flexibilidad de esta copla y la oportunidad para no suscitar problemas de género ni de otra cualesquiera índole que están en boga actualmente. Puede ser canta de jota o letra de sevillana, o de otra cualquiera de las numerosas y bellas muestras de folclore de esta España tan plural, ya que todo es bello y compatible si tenemos inteligencia y sensibilidad para entenderlo. Disfruten de la copla -sobre todo las nuevas generaciones- y anímense a componerla y difundirla.
Treinta y siete calabozos
tiene la cárcel de Ejea,
trainta y ocho he recorrido
con el de la carcelera.
De nuevo traemos a este Rincón a Luis Royo Villanova y una copla que muy probablemente es fruto de la corriente cultural transhumante, paralela a la ganadera, (hay muchas bodas mixtas por la Sierra de Albarracín) ya que hay una andaluza que la remeda, (o al contrario). El autor, leyó un trabajo sobre la copla aragonesa en el Círculo de la Prensa de Madrid en noviembre de 1897 y en él establece este interesante parangón entre las coplas andaluzas y aragonesas, destacando en estas la robustez y sinceridad poética, la bravura, frente a los adornos, galas, y la poesía infinita de las del Sur. Así dice aquélla: Treinta y dos calabocitos / tiene la cárcel de Utrera, / treinta y uno he recorrido/ y el más oscuro me queda. Curioso y bello ¿verdad?
(Heraldo de Aragón 1,8,15,22,29 jul. 2025)
No hay comentarios:
Publicar un comentario