En un cielo ennegrecido
tus ojos son dos luceros:
bellos faros de esperanza
que iluminan mi desierto.
Comenzamos ya el año 2025 y celebramos con alegría el 24 Aniversario de este Rincón que, semana tras semana, lleva la copla propia y ajena a los lectores de HERALDO y que cumple ya 1.200 números. Reiteramos en este inicio de travesía el deseo permanente de paz y de algo que jamás debemos perder: la esperanza. Hoy la primera copla del año se torna romántica y canta, cómo no, a unos bellos ojos de mirada amorosa que, en las noches grandiosas y apacibles, si bien muchas veces negras de presagios, aparecen ante nosotros como dos luminosas y necesarias luces de referencia y refugio. También esta noche la estrella de los Reyes Magos, que nos hace niños por unas horas, vuelve puntual e ilusionante y seguro que ayudará en el camino. Feliz año nuevo.
Yo dudo cuando te miro
con el vestidito azul
si es que tú vas como el cielo
o el cielo va como tú.
Luis Royo Villanova (Zaragoza 1867-Madrid 1900) fue un escritor aragonés que colaboró en varios periódicos de Zaragoza y Madrid, llegando a ser redactor-jefe de Blanco y Negro, donde publicó numerosos artículos en la difícil época de la agonía de nuestro imperio colonial. Fue popular autor de versos -"Manchas de tinta"- que le dieron fama y aplauso y en sus hermosas coplas supo conjugar la sensibilidad literaria del poeta con la percepción de lo aragonés. De ahí que esas coplas tengan la calidad de su buena poesía y el gracejo popular que las acredita y las convierte en micropoemas. Luis Royo-Villanova, hermano de Ricardo y Antonio, médico y político respectivamente, tiene dedicada una calle en Zaragoza, en cuyo cementerio está enterrado.
Cuando se murió le puse
un pañuelo por la cara
pa' que la tierra no toque
boquita que yo besara.
Esta hermosa copla, que me ha emocionado desde niño por su dramatismo, la interpretó con estilo inigualable el gran cantador de jota José Oto (Zaragoza, 1906- ibídem1961) y la dedicó a su gran amor, la jotera Felisa Galé, fallecida en 1948 a los treinta y seis años, que junto al propio José Oto y Pascuala Perié escribieron gloriosas páginas de nuestra jota cantada, en una época de oro de la más emblemática muestra de nuestro folclore aragonés. La canta es hermosa como lo fue Felisa, que también cantadora delicada y sensible compuso algunas bellas cantas, Desde su muerte, decayó la carrera del gran jotero que está calificado como el más grande cantador de jota de todos los tiempos y a cuyo entierro acudieron decenas de miles de zaragozanos.
Echando tierra por medio
dicen que un querer se olvida,
pero hay querer que no muere
si no le echan tierra encima.
Sixto Celorrio Guillén (Calatayud 1870- Zaragoza 1924) fue un destacado letrista de jotas y escritor de cuentos aragoneses. Sus obras "Paella aragonesa. Colección de cantares, cuentos baturros y composiciones festivas" (1901) y "Jotas. Cantares aragoneses" (1912) son sus libros más destacados de ambientación regional aragonesa. Celorrio, abogado, tuvo una destacada carrera política durante varios años en diversos destinos. Puede el lector curioso ampliar detalles biobibliográficos en obras de, entre otros, el profesor Barreiro y el periodista Juan Domínguez Lasierra, pues es una de las personalidades aragonesas más interesantes de su época y publicó coplas sobre todo en HERALDO. Tiene calles que lo recuerdan en su Calatayud natal y en Zaragoza.
(HERALDO DE aRAGÓN, 5, 12, 19 y 26 DE ENERO DE 2025)
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