Con
el corazón abierto
ayer
me acerqué a tu reja
y
la cerraste deprisa
sin
asomarte siquiera.
La copla es un vehículo poético ideal
para expresar sentimientos directos con brevedad y, entre ellos, los
amorosos. Las penas del amor, el ansia del amado, la espera, el
desamor, el olvido, el engaño y tantos otros, han servido y sirven
de tema a estas composiciones inmortales a las que se unen la soleá
y la seguidilla, tan bellas como la copla y tan arraigadas en la
poesía española. Una imagen hecha palabras es la que en esta copla
de hoy expresa: el ansia amorosa del amante y el desdén, bien por
indiferencia o por estrategia para aumentar el interés del
pretendiente. Hoy ya no hay rejas donde rondar, pero los sentimientos
y las acciones siguen teniendo parecidas formas. Ay, el amor...
Pilar
es símbolo y nombre
de
fe, constancia y piedad
y
fortaleza de un pueblo
sin
límites para amar.
Mañana, doce de octubre,
Día del Pilar, es Fiesta Nacional y, claro, el día grande de
Zaragoza. Como todos los años, el alma de los aragoneses se ilusiona
y su Fiesta trasciende a todos los ámbitos. Este año, tan señalado
y difícil, nos vamos a sentir todos un poco menos cerca físicamente,
pero siempre unidos por el corazón, por esos sentimientos que nos
emocionan desde niños y que transmitimos de generación en
generación, y deseando que tiempos mejores, que vendrán, nos
traigan la plena alegría de las Fiestas del Pilar, con las calles
rebosantes, los ríos de flores y jotas, la música y las gentes
alegres y bulliciosas llenando todo. Los aragoneses lo merecemos.
Zaragoza también. ¡Vivan las Fiestas del Pilar!
Llorar
por los que se fueron
en
silencio y soledad
y
luchar porque los vivos
no
lo olvidemos jamás.
Sobra decir que 2020, este
año terrible de cifra tan redonda, pasará a la Historia como el de
la catástrofe sanitaria -y consecuentemente económica y social- más
grave de los últimos cien años. Una ola mortífera se ha extendido
por nuestro mundo y ha destruído vidas y esperanzas, poniendo de
relieve la enorme debilidad del ser humano, que tantas veces se cree
el centro del universo, imbatible en su superioridad intelectual y
socialmente cada vez menos solidario con sus semejantes y con el
mundo que habita. Reflexiones muy serias se imponen a partir de ahora
y esperemos que sean efectivas. No es la menor un interés mayor por
el intento de crear un futuro mejor para todos. Palabras que, por
repetidas, no debieran olvidarse jamás.
Qué
gran fortuna he tenido
de
amar siempre sin medida
sin
haber nada pedido...
Esta semana nos salimos de la forma de
la tradicional copla, para dar cabida a una de las más hermosas
formas estróficas populares de la poesía española, que tiene
muchas: La soleá. Esta estrofa de tres octosílabos que riman
primero y tercero es propia de la lírica popular andaluza y tiene
una variante, la "soleariya" de distinta medida, con el
primer verso y tercero hexasílabos rimando y un segundo de diez o
doce sílabas. En fin, lo que pretendemos es resaltar la enorme
riqueza de nuestra poesía tradicional, sin necesidad de acudir a
modas más o menos foráneas. La soleá tiene forma cantada en el
rico folclore andaluz y este ejemplo, de cosecha propia, sigue la
temática de soledad y desengaño, frecuente en esta estrofa.
4,11,18,25 octubre 2020
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